FALLECE LA ACTRIZ NORTEAMERICANA ELIZABETH FRANZ A LOS 84 AÑOS.

 FALLECE LA ACTRIZ NORTEAMERICANA ELIZABETH FRANZ A LOS 84 AÑOS.

Elizabeth Franz (Akron, Ohio, 18 de julio de 1941-4 de noviembre de 2025)
La actriz estadounidense Elizabeth Franz, una de las intérpretes más respetadas del teatro norteamericano, falleció el 4 de noviembre de 2025 en Woodbury, Connecticut, a los 84 años. Su muerte, consecuencia de un cáncer agravado por complicaciones en el tratamiento, cierra la trayectoria de una artista cuya presencia escénica marcó a varias generaciones.

Nacida en Akron, Ohio, en 1941, Franz encontró en la interpretación un refugio y una vocación desde muy joven. Tras graduarse en la Copley High School, se trasladó a Nueva York para formarse en la American Academy of Dramatic Arts. Ese salto, fruto de un esfuerzo personal intenso, la encaminó hacia una carrera que pronto empezó a distinguirse por la honestidad emocional con la que abordaba cada papel.

Su nombre quedó asociado para siempre a Linda Loman, el personaje que interpretó en Death of a Salesman y que le valió el Premio Tony. Aquel retrato lleno de humanidad y vulnerabilidad se convirtió en uno de los grandes referentes recientes de la obra de Arthur Miller. Años después repetiría el papel en televisión, recibiendo una nominación al Emmy que confirmó su versatilidad.

Franz brilló también en producciones como Brighton Beach Memoirs y Morning’s at Seven, ampliando su prestigio con nuevas nominaciones al Tony, así como en el circuito Off-Broadway con Sister Mary Ignatius Explains It All for You, por la que obtuvo un Obie. Su carrera en pantalla, aunque menos protagonista, dejó títulos tan conocidos como Sabrina, School Ties, The Secret of My Success o Christmas with the Kranks, además de numerosas participaciones televisivas.

En el ámbito personal, estuvo casada con el actor Edward Binns hasta la muerte de él en 1990, y más tarde rehízo su vida junto a Christopher Pelham, quien permaneció a su lado en sus últimos años.

Con la desaparición de Elizabeth Franz se extingue una voz fundamental del teatro estadounidense, una actriz que supo dotar de hondura y verdad a personajes que, bajo su mirada, adquirieron una dimensión nueva. Su legado, tejido en silencio durante décadas de trabajo riguroso, permanece hoy como un recordatorio del poder transformador de la interpretación.