EL PAPA LEON DESVELA CUALES SON SUS PELICULAS FAVORITAS.
El Vaticano se prepara para una cita singular donde las sotanas se cruzarán con la alfombra roja. Este sábado, el papa León XIV, primer estadounidense en liderar la Iglesia católica, recibirá en audiencia a una delegación de estrellas de Hollywood en el Palacio Apostólico, dentro de las celebraciones del Año Santo, en un gesto destinado a estrechar los lazos entre fe y cine.
Entre los invitados figuran nombres destacados como Cate Blanchett, Viggo Mortensen, Chris Pine, Alison Brie, Dave Franco, Adam Scott y Monica Bellucci, así como directores de renombre: Spike Lee, George Miller, Giuseppe Tornatore y Gus Van Sant. Según el Vaticano, la intención del encuentro es “profundizar en el diálogo con el mundo del cine y explorar cómo la creatividad artística puede servir a la misión de la Iglesia y la promoción de los valores humanos”.
En un vídeo divulgado recientemente, León XIV compartió sus cuatro películas predilectas, reflejo de un gusto clásico y humanista:
¡Qué bello es vivir! (1946), de Frank Capra, parábola sobre la gracia y la redención.
Sonrisas y lágrimas (1965), de Robert Wise, himno familiar y antinazi con banda sonora inolvidable.
Gente corriente (1980), de Robert Redford, drama sobre culpa, perdón y reconciliación.
La vida es bella (1997), de Roberto Benigni, fábula sobre el amor paternal durante el Holocausto.
Aunque la selección ha despertado debates, especialmente por el tono sentimental de la obra de Benigni, refleja la afinidad del pontífice por historias que combinan esperanza y humanidad.
La audiencia de León XIV sigue la línea de su predecesor, Francisco, quien el año pasado reunió a humoristas como Conan O’Brien, Stephen Colbert y Jimmy Fallon. La semana pasada, el papa estadounidense también recibió en privado a Robert De Niro y su familia, consolidando la estrategia vaticana de acercamiento a la cultura popular.
El encuentro de este sábado se perfila como un curioso espectáculo: la tradición de la Iglesia y la modernidad del cine compartiendo espacio bajo las históricas bóvedas del Vaticano, en un diálogo abierto entre la fe y el séptimo arte.
Todas son buenas peliculas.
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