"DOCTOR ZHIVAGO" CUMPLE 60 AÑOS.

 "DOCTOR ZHIVAGO" CUMPLE 60 AÑOS.

Cuando se evoca a Doctor Zhivago, la mente rápidamente asocia esta obra con Rusia: trenes cubiertos de nieve, revoluciones, uniformes militares y un romance trágico entre Yuri y Lara. No obstante, es importante señalar que gran parte de esa Rusia que cautivó a millones de espectadores en 1965 se situaba a miles de kilómetros de Moscú. De hecho, se encontraba en Madrid y Soria. Durante varios meses, la capital española actuó como un Moscú improvisado, mientras que la meseta castellana fue transformada en una Siberia temporal.

David Lean, un director ya reconocido por su trabajo en Lawrence de Arabia y El puente sobre el río Kwai, llegó a España acompañado de un equipo internacional y una cantidad considerable de decorados, además de algunas estrellas de cine como Omar Sharif, Julie Christie y Geraldine Chaplin. La magnitud del desafío era considerable. Las autoridades soviéticas se habían negado a autorizar el rodaje en su territorio, lo que llevó a la necesidad de recrear la Revolución rusa mediante la creatividad. Curiosamente, la capital española contaba con todos los elementos requeridos: barrios en crecimiento, estudios cinematográficos con experiencia y una gran cantidad de técnicos dispuestos a colaborar en esta superproducción.




El vecindario de Canillas, que en ese momento se encontraba en las afueras y en pleno proceso de transformación, se convirtió en el corazón de Moscú. Se erigieron fachadas imponentes y se disfrazaron calles completas para recrear la Plaza Roja. Allí, se entremezclaban los vecinos curiosos con los extras disfrazados de cosacos, creando una imagen tan surrealista como cautivadora. En los estudios C. E. A. se replicaron interiores burgueses y comercios, e incluso se recreó la finca de Varikyno, un escenario crucial en la historia de Zhivago. El Parque de El Capricho, ubicado en el barrio de la Alameda de Osuna, fue utilizado para filmar escenas fúnebres, mostrando que el cine puede transformar de manera insólita los lugares más idílicos.

Mientras tanto, Soria se disponía a convertirse en Siberia. Esta elección no fue aleatoria: aún contaba con locomotoras de vapor y paisajes abiertos que evocaban la estepa rusa. Sin embargo, la naturaleza no cooperó. En lugar de presentar una nevada épica, lo hizo más seco que nunca. La solución fue tan ingeniosa como poco poética: cubrir los campos con polvo de mármol, cera y plástico. El resultado en la pantalla convenció a todos, aunque los habitantes de Soria sabían que aquella nieve era de cartón piedra. La Estación de Cañuelo y el Pantano de la Cuerda del Pozo completaron el cuadro, ofreciendo al mundo una Rusia que era tan convincente como improvisada.

Aparte de los escenarios, la filmación dejó una marca en la industria cinematográfica española. Los estadounidenses llegaron con todo su equipo, pero pronto se dieron cuenta del talento local. Electricistas, carpinteros, maquilladores y técnicos españoles se integraron en la producción, y muchos de ellos comenzaron a trabajar regularmente en rodajes internacionales. De cierta manera, la Revolución rusa de Lean también representó una revolución silenciosa para los profesionales del cine en España.
La película tuvo un gran éxito: recibió cinco premios Oscar, incluyendo el de mejor banda sonora otorgado a Maurice Jarre, cuya composición, el Tema de Lara, se transformó en uno de los valses más reconocidos en la historia cinematográfica. El público se apasionó por Sharif y Christie, se dejó llevar por las nevadas de Soria y elevó a Doctor Zhivago a la categoría de una de las películas más exitosas de todos los tiempos. Curiosamente, en Rusia no se proyectó hasta 1994, casi tres décadas después de su estreno original. Actualmente, seis décadas después, es complicado no sonreír al visualizar aquel Madrid disfrazado de Moscú o esa Soria convertida en una Siberia artificial.



Comentarios

  1. No es que sea una mala pelicula, pero a mi no me convenció del todo, en el apartado técnico impecable, pero en la narrativa se me hace algo pesada que queda solventado por las excelentes interpretaciones del reparto, aunque la pareja protagonista me parece glacial. Yo me quedo con la etapa en los años 40 de David Lean.

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