VILLANOS DE CINE: FERNANDO SANCHO

 VILLANOS DE CINE

FERNANDO SANCHO
Fernando Sancho Les (Zaragoza; 7 de enero de 1916 - Madrid; 31 de julio de 1990)
Durante décadas, su rostro fue un emblema del western europeo: el del bandido mexicano de sonrisa socarrona, mostacho espeso y presencia arrolladora. Fernando Sancho, zaragozano de nacimiento, alcanzó una fama insólita en los años sesenta gracias a ese tipo de personajes que interpretó con tanta convicción que acabaron por convertirlo en una figura imprescindible del spaghetti western. Ningún otro actor pareció disfrutar tanto de ese papel repetido, entre el arquetipo y la caricatura, al que él dotaba de una humanidad peculiar y un humor contagioso.


Detrás del personaje, sin embargo, había un hombre culto, de gustos refinados y cierta excentricidad, admirado por compañeros y público. Su carrera en el cine comenzó en los primeros años cuarenta, cuando tras Polizón a bordo (1941) y Orosia (1943) se adentró definitivamente en la industria. Pero antes de llegar a las cámaras, Sancho había probado suerte en otros escenarios: la radio, el doblaje y el teatro, donde ya demostraba una facilidad notable para las voces y los acentos. Desde Barcelona —donde fue destinado como teniente del cuerpo de la Policía Armada tras la Guerra Civil—, supo convertir su oficio en vocación.

Hollywood también reparó en él. Sancho participó en superproducciones legendarias como Rey de reyes (1961), Lawrence de Arabia (1962) o 55 días en Pekín (1963), donde compartió rodaje con nombres mayores del cine internacional. Paralelamente, su rostro se coló en las adaptaciones de las novelas de Karl May, dando vida al profesor Ignaz Pfotenhauer en La caravana de esclavos (1958) y El león de Babilonia (1959), y al padishá en El salvaje Kurdistán (1965).


Los años setenta lo encontraron explorando territorios más sombríos. El terror español de la época le ofreció papeles memorables, como en El ataque de los muertos sin ojos, de Amando de Ossorio, junto a Frank Braña. Siguieron títulos como Objetivo: matar (1977), con John Ireland y Lee Van Cleef, y la comedia Las autonosuyas (1983). Su última aparición llegó poco antes de despedirse del cine y de la vida, en La luna negra (1989), junto a Mario Adorf.

Fernando Sancho Les había nacido el 7 de enero de 1916 en Zaragoza, donde estudió en los Maristas y trabajó un tiempo en la vidriería familiar antes de entregarse al arte junto a su hermano Emilio. Murió el 31 de julio de 1990, a los 74 años, en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, víctima de una insuficiencia hepática tras una intervención para extirparle un tumor de páncreas. Sus restos descansan en la capital, pero su legado sigue cabalgando, eterno, en cada película del viejo Oeste europeo.



Comentarios

  1. Se encasillo mucho como el forajido mejicano algo casposo. Parece ser que en su casa cuando tenía que rodar obligaba a sus familiares a que hablaran con el acento mejicano para estar plenamente concentrado en su papel.

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