¿WOODY ALLEN SE MUDA A VIVIR A BARCELONA?
Que Woody Allen admire Barcelona no es una sorpresa. Este hecho se hizo evidente en 2007, cuando filmó Vicky Cristina Barcelona, y lo reiteró en diversas entrevistas: «Existen pocas ciudades excepcionales en el mundo, como Roma, París o Londres, y Barcelona es una de ellas. Su atractivo ha revitalizado mi cine. A pesar de que mis dolencias permanecen», manifestaba con ironía. Ahora, a las puertas de cumplir 90 años en noviembre, ese afecto se ha tornado aún más personal: el cineasta ha adquirido una vivienda en Gràcia, uno de los distritos más auténticos y bohemios de la metrópoli.Se dice que su nuevo refugio es una propiedad de estilo modernista, que cuenta con un jardín, techos altos, mosaicos hidráulicos y amplios ventanales. En total, la construcción abarca más de 1. 100 metros cuadrados, dentro de un terreno de 1. 600, brindando el espacio necesario para descansar, recibir visitas o tocar su clarinete. No se ha divulgado el precio, pero en la zona los inmuebles oscilan entre 5. 500 y 6. 000 euros por metro cuadrado, lo cual implica una inversión considerable. Esta elección no resulta fortuita. Durante el rodaje, quedó cautivado por la Casa Tosquella, ubicada en el Putxet, una obra modernista de 1917. Aquella mansión le deslumbró con sus suelos hidráulicos y sus barandillas forjadas.
Podría haberse instalado en Pedralbes o Diagonal Mar, las áreas más costosas de la ciudad, sin embargo, optó por la atmósfera de pueblo que aún se percibe en la zona norte de Barcelona, justo por encima del Eixample y al pie del Tibidabo. Este barrio fue independiente hasta el siglo XIX y mantiene esa esencia. Caminar por sus calles permite observar a niños jugando, abuelos leyendo en bancos y jóvenes disfrutando de un vermut en la siempre animada Plaza del Sol, repleta de terrazas. Allí coexisten el histórico Cine Verdi, la bulliciosa Calle Verdi con una variedad de bares y restaurantes, y el Refugi del Diamant, un refugio de la Guerra Civil descubierto en los años 90. Y a escasos minutos se encuentra el Park Güell, una de las obras más emblemáticas de Gaudí y un destino ineludible para residentes y turistas.
¿Un aspecto adicional? Junto al cine, la otra gran afición de Allen es el jazz. La ciudad condal también le ha proporcionado ese espacio. El Café Vienés, en la Casa Fuster de Passeig de Gràcia, fue el escenario de sus actuaciones con la New Orleans Jazz Band, donde la atmósfera modernista se mezclaba con el sonido de su clarinete.
Vicky Cristina Barcelona fue, en cierta medida, una declaración de amor hacia la ciudad. La Sagrada Familia, con Vicky y Cristina capturando imágenes de sus fachadas; el Hospital de Sant Pau, donde se filmó una escena con la basílica de fondo; el Park Güell, con la conversación junto a la célebre salamandra; la Casa Fuster, ahora un lujoso hotel con su icónico Café Vienés; y el restaurante modernista Els Quatre Gats, punto de encuentro de Picasso y Gaudí.
Cada ubicación no solo manifestó la belleza intrínseca de la ciudad, sino también el atractivo cultural que la caracteriza. La narración se centra en Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson), dos amigas de Estados Unidos que disfrutan de un verano en Barcelona. En este contexto, conocen a Juan Antonio (Javier Bardem), un pintor carismático y bohemio quien las invita a un viaje inesperado a Oviedo. Ambas terminan involucrándose de manera diferente con Juan Antonio, lo que provoca tensiones, pasiones y dilemas personales. La complejidad de la trama aumenta con la llegada de María Elena (Penélope Cruz), la apasionada exesposa, cuya relación con él se caracteriza tanto por la destructividad como por la intensidad.
A pesar de que han transcurrido casi dos décadas desde la filmación, el espíritu retratado en la película permanece vigente: Gràcia se ha convertido en uno de los barrios más dinámicos, donde a los residentes de larga data se han unido estudiantes, artistas y una creciente comunidad internacional.
La casa es chula, pero yo ir a vivir a Barcelona como que no, cada vez que voy me da un ataque de nervios, y es que para que nos vamos a engañar soy un pueblerino. 🤣
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