EL GRAN CLASICO DE LA COMEDIA QUE KATHARINE HEPBURN HIZO GRATIS PARA SALVAR SU CARRERA.
El ámbito cinematográfico pronto se sintió cautivado por Historias de Filadelfia. Poco después de su debut en Nueva York el 26 de diciembre de 1940, la comedia romántica recibió críticas altamente favorables, las cuales se intensificaron tras su estreno en el resto de Estados Unidos en enero de 1941.El público también la recibió con gran entusiasmo. Rápidamente, estableció un récord de taquilla en el Radio City Music Hall de Nueva York y se posicionó como la quinta película más taquillera de 1941. Su importante lugar en la historia del cine se cimentó tan solo un mes después de su estreno, cuando James Stewart fue galardonado con su primer y único Oscar a mejor actor por su papel como el reportero Macaulay "Mike" Connor.
La interpretación de Stewart como uno de los tres pretendientes de Katharine Hepburn cautivó a la Academia de Hollywood, al igual que la trama de la película. La sofisticada heredera Tracy Lord contempla cómo su matrimonio con un tedioso ejecutivo podría no llevarse a cabo después de que su exesposo, CK Dexter Haven (Cary Grant), aún enamorado, invite a dos reporteros escandalosos a la ceremonia.
Stewart opinaba que había obtenido la estatuilla debido a que su actuación en Caballero sin espada había sido superada por la de Robert Donat un año antes. Sin embargo, este argumento pierde validez al considerar que el encantador guion de Donald Ogden Stewart recibió el premio a mejor guion en la misma ceremonia y que Historias de Filadelfia recibió nominaciones en las categorías de mejor película, mejor director, mejor actriz y mejor actriz de reparto.
A lo largo de las siguientes décadas, su reputación solo se vio fortalecida. Para 1956, Historias de Filadelfia ya había sido adaptada en el exitoso musical Alta sociedad, que contó con las actuaciones de Bing Crosby, Frank Sinatra y Grace Kelly, quien concretó aquí su último papel en el cine. Ocho décadas después de su estreno, el encanto, la agudeza y el puro romanticismo no solo la destacan como una de las películas más sobresalientes de la era clásica de Hollywood, sino también como la posible comedia romántica definitiva.
No obstante, también se la ha vinculado frecuentemente con otro subgénero: la comedia sobre segundas nupcias, que representó una prolongación de la comedia disparatada cuyo apogeo tuvo lugar en la década de 1930 y principios de 1940, momento en que el Código de Producción vetó cualquier alusión al sexo extramatrimonial o al adulterio en las películas. Para eludir esta prohibición, los cineastas optaron por hacer que sus protagonistas románticos se separaran al inicio de la cinta, permitiendo así que pudieran coquetear e incluso besarse con otros personajes sin ser censurados.
Las películas Los pecados de Teodora, Su chica de los viernes y Mi mujer favorita siguieron esta lógica, pero ninguna obra logró abordarla con la sutileza que exhibe Historias de Filadelfia, que realmente deja al espectador con la duda de si Lord finalmente elegirá a Connor (James Stewart) o a Haven (Cary Grant). Muchos críticos destacan que su habilidad para abordar temas como la identidad, el amor considerado como juego o lucha, el divorcio, el adulterio y la frustración es el motivo de su perdurabilidad a lo largo de las décadas.
Sin duda, la totalidad de la película se ve mejorada por la presencia de su sofisticado elenco, que incluye, de manera notable, quizás el trío de actores más fascinante de la historia cinematográfica, liderado por Katharine Hepburn. A finales de 1938, Hepburn había sido catalogada como "toxina para la taquilla". Algunas de las películas de Hepburn que resultaron en un bajo rendimiento durante este lapso abarcaron María Estuardo, Una mujer se rebela, Calle de abolengo, e incluso La fiera de mi niña.
Con su carrera en un pronunciado declive, Hepburn, quien para ese momento ya había obtenido su primer Premio de la Academia como mejor actriz por Gloria de un día en 1934 y había recibido una nominación en 1936 por Sueños de juventud, decidió finalizar su contrato con la RKO y regresar al teatro. Solo accedió a retomar su carrera en el cine interpretando el papel de Tracy Lord. También aceptó no recibir compensación económica, a cambio de un 45 % de las ganancias, lo cual representaba un riesgo considerable dado el bajo desempeño de sus películas anteriores.
Siempre he sentido decir que Katharine Hepburn era veneno para la taquilla, y si es que en esa época a principios de los cuarenta, la Hepburn estaba en el esplendor de su belleza y talento artístico. De todas formas, menos mal que acepto en este caso el papel gratis, ya que Historias de Filadelfia es una comedia con mayúsculas.
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