DOS CLASICOS DEL CINE, EN LOS QUE FUE RECHAZADO ROBERT REDFORD COMO PROTAGONISTA.
Robert Redford ha anunciado su despedida a los 89 años, dejando tras de sí un notable vacío y un legado inigualable en la historia del cine. Su carisma en la pantalla, su aptitud como director y la instauración de un festival crucial para el cine independiente norteamericano le valieron un lugar de respeto en la industria. No obstante, incluso un individuo con una trayectoria tan sobresaliente experimentó rechazos inesperados. Curiosamente, estos ocurrieron en dos filmes donde él era el candidato principal.El primer rechazo se manifestó en 1967, cuando Mike Nichols se encontraba en el proceso de adaptar El graduado. Redford había expresado su interés en el rol de Benjamin Braddock y llegó a filmar una prueba junto a Candice Bergen. El director lo conocía bien, habiendo trabajado con él en su debut en Broadway, Descalzos por el parque, pero la decisión final fue contundente: no era la personificación adecuada de un joven inseguro y torpe.
"Le dije: 'No puedes hacerlo. Nunca podrás ser un perdedor'", recordaba Nichols años después de las pruebas iniciales de cámara para el proyecto que lo catapultaría a la fama. Cuando el actor intentó defender su idoneidad, el director lo contrarrestó con una pregunta devastadora: "Bob, ¿te has mirado en el espejo? ¿Alguna vez has fracasado con una chica? " A lo que Redford contestó: "¿qué quieres decir? ", recordaba el cineasta, añadiendo, sorprendido, que "lo más alarmante era que lo decía en serio".
El papel finalmente fue atribuido a Dustin Hoffman, cuya vulnerabilidad encajaba a la perfección con la narrativa. Mientras Hoffman lograba transmitir la torpeza necesaria para que la seducción de la señora Robinson resultara más cómica, Redford destacaba ese mismo año, por coincidencia, con la adaptación cinematográfica de Descalzos por el parque, mostrando un carisma natural innegable.
La segunda instancia en la que su aspecto físico representó un obstáculo ocurrió casi tres décadas después, con Los puentes de Madison. La novela de Robert James Waller estaba destinada a convertirse en un clásico romántico y, durante su desarrollo, Redford fue uno de los candidatos más firmes mencionados. Sin embargo, los productores lo descartaron por la misma razón que Nichols había citado décadas atrás: su atractivo superaba al personaje.
"Es un ídolo de matiné, no un hombre rudo y sencillo. Clint posee un carácter más agudo", confesó un ejecutivo a Entertainment Weekly cuando Steven Spielberg aún poseía los derechos del proyecto. La decisión fue clara: buscaban un perfil más áspero, con un aire austero que hiciera creíble a Robert Kincaid, el fotógrafo itinerante que altera la vida de Francesca. Spielberg lo resumió de manera sencilla: "Siempre he creído que Clint, en la realidad, era una versión mucho más seca del Kincaid de Waller. Siempre fue mi primera opción".
En el primero la verdad es que yo no lo se ver, el papel del graduado evidentemente no iba con su imagen; y en Los puentes de Madison si que lo veo como protagonista y seguro que no lo hubiera hecho nada mal.
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