VERANO DEL 42 (1971)

 

EL CINE DE LOS AÑOS 70
VERANO DEL 42 (1971)
REPARTO: JENNIFER O’NEILL, GARY GRIMES, JERRY HOUSER, OLIVER CONANT, LOU FRIZZELL, CHRISTOPHER NORRIS, KATHERINE ALLENTUCK, WALTER SCOTT
DIRECTOR: ROBERT MULLIGAN
MÚSICA: MICHEL LEGRAND
PRODUCTORA: WARNER BROS
DURACIÓN: 104 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Memorias de un anterior adolescente, de un verano ya distante, del año 1942. Un extenso y cálido verano caracterizado por las inquietudes juveniles tales como el coqueteo con chicas, los juegos infantiles que comenzaban a desvanecerse, los laboriosos y complejos intentos de obtener preservativos, así como la inconsciencia ante el advenimiento de una nueva etapa de vida, manifestada a través de la celebración despreocupada de las vacaciones estivales.


Una sacudida emocional y física, vivida y relatada desde la perspectiva del protagonista, inmerso en los recuerdos y las emociones casi oníricos que perduran de aquella lejana y cálida estación, donde tuvo lugar aquel encuentro, aquel descubrimiento, aquellas dudas, ese enamoramiento, esa pasión, esa ternura hacia esa diosa solitaria que habitaba la casa de la playa. Una Penélope cuyo Ulises había marchado a la guerra y la cual tendría al joven como amigo leal y, eventualmente, amante. Un efímero compañero corporal, alterado y conmocionado en múltiples niveles por la diosa cuya existencia formó parte. Un breve encuentro que dejó una huella indeleble en su alma. Una musa eternamente memorable de profundas y sentidas evocaciones.

Evocaciones de aquel verano del 42, de ese verano del adiós, de aquel bello y generoso muslo que él sostenía sobre una escalera en el hogar de ella, mientras palpitaciones semiconvulsivas invadían su joven ser deseoso de experimentar con sus propias manos y boca esos manjares, esas hermosas piernas femeninas provenientes de otro mundo. Sentimientos de un pasado con un presente marcado, cuyo clímax fue una última noche. Una noche cuyos mudos testigos e implicados fueron un telegrama junto a un cigarrillo encendido en un cenicero, un tocadiscos cuya aguja había sustituido la música por los ruidos del final del disco y, en último lugar, un cariño y una soledad que unieron en comunión espiritual, emocional y corporal a almas desvalidas y desorientadas.

Extrañamente simple, contenida y hermosa. Visión de una adolescencia más que concluida, de un realismo onírico tanto en su atmósfera como en su contexto. Un viaje pleno de significado y sensibilidad, no de simple sensiblería. Sumamente hermosa. No se la pierdan.




Comentarios

  1. Excelente tema musical de Michel Legrand, que tiene un comienzo bueno, pero a partir de que el protagonista a comprar cierto articulo de goma elástica, el film se hace algo cansino. Bellísima Jennifer O'Neill, una actriz que durmió bajo el manto de las estrellas junto a John Wayne, investigo un asesinato junto a James Coburn y enamoro a un adolescente; y a mi que la vi no hace mucho tiempo me encandilo.

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