ANTONIO BANDERAS REVELA LO QUE SABIA DE INGLÉS AL LLEGAR A HOLLYWOOD.
Antes de que existieran numerosos colegios bilingües, pizarras digitales y programas de verano en Irlanda, aprender inglés en España representaba casi una tarea extremadamente difícil. Durante las décadas de los setenta y ochenta, la enseñanza de idiomas se limitaba a lo impartido en las escuelas secundarias, donde los docentes solían hablar un inglés con un acento muy marcado. No obstante, de este panorama nada alentador emergió uno de los actores españoles más reconocidos a nivel internacional: Antonio Banderas.Nacido en 1960 en el barrio de La Victoria en Málaga, hijo de un comisario de policía y una profesora, el joven José Antonio Domínguez Bandera —su nombre real— asistió a varias instituciones educativas en Málaga. Comenzó sus estudios en El Buen Pastor, luego se trasladó a un seminario que se transformó en un colegio menor, más tarde a Sagrado Corazón y, finalmente, al colegio Europa, donde conoció a su primera novia. Incluso inició la carrera de Magisterio, siguiendo el consejo de su madre, pero pronto dejó los estudios para perseguir su auténtica vocación: la actuación.
Su primer contacto con el teatro lo condujo a Madrid, y posteriormente al cine español de los años ochenta, convirtiéndose en una de las caras frecuentes en las películas de Pedro Almodóvar. Sin embargo, el verdadero avance ocurrió cuando Hollywood empezó a fijarse en ese carismático y de intensa mirada actor malagueño. El único inconveniente era que Banderas no dominaba el inglés. Ni una palabra, o casi.
En una entrevista otorgada a Canal Sur en 1995, recordó con humor sus primeros obstáculos con el idioma. Al viajar por primera vez a Estados Unidos, su limitado conocimiento se reducía a tres frases que había memorizado: "yes" ("sí"), "of course" ("por supuesto") y "I can do that" ("puedo hacer eso"). Con estas frases tuvo que enfrentar una audición en Londres ante un director estadounidense. Y, para su sorpresa, tuvo éxito.
Para él, la verdadera educación en el idioma ocurrió durante el rodaje de "Los reyes del mambo". Pasó horas repitiendo el guion de manera fonética, como si fuera la letra de una canción, sin entender completamente las palabras, pero interpretándolas con pasión. El resultado fue convincente y le abrió las puertas a una carrera internacional. "Yo no entendía al director, contaba con un intérprete que me explicaba. No tenía idea", admitió. A partir de ese momento, se dedicó al aprendizaje con gran disciplina. Ocho horas diarias con un coach lingüístico, practicando sonidos, entonaciones y, sobre todo, superando el miedo a cometer errores. Porque esa es la clave: no obsesionarse con la perfección, sino atreverse a hablar, aunque resulte en un "spanglish" bien definido. Gradualmente, pasó de traducir mentalmente al inglés a pensar directamente en ese idioma. Esto le proporcionó la fluidez necesaria para improvisar y participar de manera creativa en los rodajes.
Los frutos se cosecharon rápidamente. En 1993, colaboró en Filadelfia junto a Tom Hanks y Denzel Washington. Al año siguiente, hizo su aparición en Entrevista con el vampiro, compartiendo el escenario con Tom Cruise y Brad Pitt. En 1995, desempeñó el papel principal en Desperado, dirigido por Robert Rodríguez, lo que lo estableció como un ícono del cine de acción. Años más tarde, prestó su voz al memorable personaje del Gato con Botas. En la actualidad, Banderas filma y ofrece entrevistas en inglés con total fluidez. Y, para quienes puedan cuestionar su grado de aprendizaje, solo es necesario recordar que, en el apogeo de su carrera en Hollywood, mantuvo una relación con la actriz estadounidense Melanie Griffith, con quien estuvo unido matrimonialmente durante casi dos décadas.
Ahora ya entiendo su facilidad al entender y hablar fácilmente las lenguas nórdicas en El guerrero numero 13. 🤣
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