JAMES CAMERON ESCOGE LA MEJOR PELICULA DE ACCION DE LA HISTORIA.
No suele ser habitual que James Cameron, uno de los nombres que redefinieron el cine de acción moderno, elija mirar fuera de su propia filmografía cuando se le pregunta por el género. Sin embargo, cuando Stephen Colbert le lanzó la cuestión sin rodeos, el director no dudó. La respuesta llegó acompañada de una broma, pero también de una convicción difícil de discutir: La jungla de cristal es, para él, la mejor película de acción jamás hecha. Y, por si fuera poco, también la mejor película navideña.
La afirmación tiene peso no solo por quién la pronuncia, sino por lo que deja fuera. Cameron podría haberse refugiado en Terminator 2, Aliens o Mentiras arriesgadas, títulos que marcaron época y elevaron el listón del espectáculo. En lugar de eso, señaló directamente al film de John McTiernan de 1988, una obra que, sin aspavientos futuristas ni épica grandilocuente, estableció una gramática que el cine de los noventa exprimió hasta la saciedad. El famoso “Die Hard en…” se convirtió en un subgénero en sí mismo, replicado en aviones, barcos, trenes y estadios, casi siempre sin entender del todo por qué el original funcionaba tan bien.
Cameron destacó uno de los elementos más recordados del film: la muerte del villano, una de esas escenas que condensan tensión, espectáculo y sentido narrativo en unos pocos segundos. Pero su elogio va más allá de momentos icónicos. Lo que subyace es una admiración por la precisión: un guion milimétrico, un ritmo que no decae y una claridad narrativa que atrapa al espectador desde el primer minuto y no lo suelta.
También apareció, aunque sin ganas de avivar polémicas, el debate eterno sobre su condición de película navideña. Cameron optó por el pragmatismo: sucede en Navidad, la gente la ve en Navidad y la tradición manda. No hace falta discutirlo más.
Resulta llamativo que una película hoy considerada intocable no fuera recibida como tal en su estreno. La crítica fue desigual y figuras como Roger Ebert se mostraron tibias. El tiempo, sin embargo, ha colocado a La jungla de cristal en un lugar privilegiado. El propio Cameron lo confirmó hace años al incluirla en su lista personal de las grandes películas de acción modernas, junto a títulos como Matrix, Mad Max: Furia en la carretera, The Killer o Speed.
Vista hoy, la elección no sorprende tanto. McTiernan y su héroe descalzo siguen resistiendo el paso del tiempo con una solidez que muchos blockbusters actuales envidiarían. No por nostalgia, sino porque el cine de acción, cuando se ejecuta con esa precisión quirúrgica, alcanza una forma de pureza que rara vez se repite.

Parecer ser que cuando los turistas van en viajes concertados a la ciudad de Los Angeles, lo primero que piden es ir a ver el edificio Nakatomi. 😂😉
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