EL OJO CRITICO
CUESTIÓN DE CONFIANZA (2025)
REPARTO: SOPHIE TURNER, RHYS COIRO, BILL CAMPBELL, PETER MENSAH, GIANNI PAOLO, FORREST GOODLUCK, RENATA VACA, KATEY SAGAL, KARIANA KARHU, DIEGO GUZMAN, VICTOR OLIVEIRA, CAL BUTLER, IVAN ECHEVERRI
DIRECTOR: CARLSON YOUNG
MÚSICA: ISOM INNIS
PRODUCTORA: TWISTED PÌCTURES
DURACIÓN: 91 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Hay películas que dejan dudas razonables; otras, directamente, provocan desconcierto. Esta pertenece sin discusión al segundo grupo. Desde sus primeras escenas surge una pregunta imposible de ignorar: ¿esto está hecho en serio o es una broma privada que se nos ha escapado a los espectadores? Porque el tono oscila entre el thriller doméstico y la parodia involuntaria, sin terminar de decidirse por ninguno.
La propuesta mezcla elementos reconocibles —telefilm de sobremesa, home invasion y una especie de escape room doméstico— con una acumulación de situaciones tan forzadas que cuesta creer que hayan pasado todos los filtros del rodaje. No es tanto que la película sea absurda, que a veces lo es, sino que parece confiar en que el espectador acepte sin rechistar una cadena de decisiones narrativas que desafían toda lógica física y dramática.
El reparto, eso sí, pone de su parte. Sophie Turner se entrega con honestidad a un personaje que el guion no siempre sabe cómo proteger, mientras Katey Sagal aparece como un inesperado foco de carisma, robando cada escena con su rol de samaritana dedicada a rescatar perros y cualquier criatura necesitada de ayuda. Su presencia aporta una humanidad que el conjunto agradece.
El problema es que, escena tras escena, la película insiste en poner a prueba la paciencia. Puertas que resisten disparos como si fueran blindadas, balas con comportamiento casi boomerang, paredes que alternan entre hormigón armado y cartón piedra según convenga al plano, tuberías milagrosamente colocadas para empapar a la protagonista en el momento más oportuno… Todo sucede con una falta de sutileza que roza lo cómico. Incluso los objetos aparecen cuando el guion los necesita, como si el escenario colaborara activamente con la supervivencia de la protagonista.
A eso se suma una puesta en escena descuidada, con decisiones técnicas difíciles de justificar: estancias carísimas sin una iluminación mínimamente coherente, elementos domésticos que se rompen por ambos lados y una acumulación de golpes y heridas que convierten a la protagonista en un cuadro abstracto de rojos imposibles.
Y, sin embargo, la película entretiene a ratos. No se hace especialmente larga y mantiene cierto ritmo, aunque más por inercia que por tensión real. Con un reparto desconocido, probablemente pasaría sin pena ni gloria con una nota discreta. Tal como está el panorama, quizá encuentre un público dispuesto a disfrutarla sin hacerse demasiadas preguntas.


Una pelicula que va de menos a mas, y sin ser una gran pelicula consigue entretener. Bien la protagonista femenina, pero quien se lleva el gato al agua con un papel de reparto y con un personaje de aquellos que resultan entrañables es Katey Sagal como Loreta.
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