FALLECE LA ACTRIZ BRITANICA PAULINE COLLINS A LOS 85 AÑOS.
Pauline Collins (Exmouth, Devon, 3 de septiembre de 1940-Londres, 6 de noviembre de 2025)
Hubo en Pauline Collins algo que trascendía la actuación: una calidez inconfundible, una verdad serena que convertía cada gesto en humanidad pura. Nacida el 3 de septiembre de 1940 en Exmouth, en la costa de Devon, Collins creció en un entorno modesto, lejos del bullicio escénico al que más tarde pertenecería. Estudió en la Royal Central School of Speech and Drama, y antes de decidirse por la interpretación ejerció brevemente como maestra, una vocación que revelaba ya su instinto natural por comunicar y conectar con los demás.
Su debut profesional llegó en los años sesenta, una época de ebullición creativa en la televisión británica. La serie The Liver Birds le abrió las puertas del medio, pero sería “Upstairs, Downstairs” (1971-1973) la que la catapultaría a la popularidad. En el papel de Sarah Moffat, una doncella inteligente y soñadora, Collins imprimió ternura y fuerza, convirtiéndose en uno de los rostros más queridos del drama televisivo de la época. Su trabajo en aquella serie le valió una reputación de actriz sólida, capaz de transitar entre la ligereza y la emoción con absoluta naturalidad.
Sin embargo, el gran giro de su carrera llegaría más de una década después, cuando se enfrentó al desafío de dar vida a Shirley Valentine, primero sobre el escenario y después en el cine. Aquella ama de casa de Liverpool que, cansada de la rutina, viajaba a Grecia para reencontrarse consigo misma, se convirtió en un icono femenino de finales del siglo XX. Collins interpretó el papel con una mezcla de ironía, ternura y autenticidad que conmovió al público y a la crítica. Su trabajo en la película de Lewis Gilbert (1989) le valió una nominación al Oscar a Mejor Actriz, un BAFTA y los prestigiosos premios Tony y Olivier por la versión teatral. Con Shirley Valentine, Pauline Collins alcanzó la cima, encarnando una historia de liberación y redescubrimiento que, en cierto modo, reflejaba su propia trayectoria.
A partir de entonces, su carrera se mantuvo siempre en movimiento. Participó en títulos como City of Joy (1992), Paradise Road (1997), Quartet (2012) o The Time of Their Lives (2017), además de seguir colaborando en televisión y teatro. En 2001 fue distinguida como Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE) por su contribución al mundo del drama, un reconocimiento que subrayaba no solo su talento, sino también su dedicación al arte interpretativo británico.
En lo personal, formó una de las parejas más queridas de la escena junto al actor John Alderton, con quien se casó en 1969 y compartió escenario, cámara y tres hijos. Su vida no estuvo exenta de momentos difíciles: en 1964 había dado en adopción a una hija fruto de una relación anterior, un episodio que más tarde narró con honestidad y sensibilidad en su libro Letter to Louise.
En los últimos años, Pauline Collins se mantuvo alejada del foco público, afectada por la enfermedad de Parkinson, pero conservando el cariño de generaciones de espectadores que crecieron con su sonrisa franca y su mirada luminosa. Falleció el 6 de noviembre de 2025, a los 85 años, en una residencia al norte de Londres, acompañada por su familia.
Su legado es el de una actriz que hizo de la empatía su sello. En un mundo a menudo dominado por el artificio, Pauline Collins eligió siempre la verdad: en cada palabra, en cada silencio, en cada personaje. Y quizás por eso, más que una estrella, fue —y seguirá siendo— una presencia profundamente humana en la memoria del cine y el teatro británico.



La recuerdo en Shirley Valentine, Camino al paraiso y La ciudad de la alegria. D.E.P. 🙏🙏🙏
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