EL OJO CRITICO
VENGANZA JUSTIFICADA (2025)
REPARTO: DANIEL STISEN, PETER STORMARE, ERIC ROBERTS, ADAM BASIL, MEGAN LOCKHURST, PATRICK REGIS, AKIE KOTABE, PHILLIP RAY TOMMY, ISOBEL LAIDLER, CHRISTOPHER GODWIN, BEAU FOWLER, BLAIR LONDON, LAYLA PYNE
DIRECTOR: FANSU NJIE
MÚSICA: LASSE ELKJAER
PRODUCTORA: HIGHFIELD GRANGE STUDIOS
DURACIÓN: 100 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Venganza justificada (2025) se adentra en un terreno conocido dentro del thriller contemporáneo —el ciudadano ordinario empujado a una situación extrema—, pero lo hace con una mirada más serena y matizada de lo que su premisa podría sugerir. En lugar de confiar únicamente en la adrenalina del conflicto, la película apuesta por un retrato íntimo sobre la fragilidad emocional y la erosión moral que acompañan a la violencia, incluso cuando esta se presenta bajo el barniz de lo “legítimo”.
El film sigue a un hombre común que, tras un incidente fortuito, se ve arrastrado a una espiral legal y mediática que amenaza con devorarle. Es en esa tensión —entre la necesidad de defenderse y el peso de lo irreversible— donde la obra encuentra su pulso más firme. El guion introduce interrogantes sobre la justicia y la responsabilidad personal, pero evita sermonear; prefiere avanzar con un tono sobrio, dejando que las miradas, los silencios y el desgaste psicológico del protagonista hablen por sí solos.
La dirección construye un clima de creciente inquietud sin caer en estridencias. Cada secuencia parece diseñada para reforzar la sensación de una vida que se va estrechando, como si el protagonista caminara por un pasillo cada vez más oscuro y sin salidas claras. La fotografía acompaña con una paleta apagada, que subraya el desasosiego sin volverlo artificioso, mientras la música —discreta pero eficaz— aporta una vibración emocional constante.
En cuanto al reparto, la interpretación principal destaca por su contención: un retrato convincente de alguien que no busca ser héroe ni villano, sino simplemente recuperar el control de una existencia que se le escapa entre las manos. Los secundarios aportan densidad y ayudan a construir un entorno creíble, donde cada gesto tiene peso y cada consecuencia se siente inevitable.
Venganza justificada no revoluciona el género, pero sí ofrece una aproximación más madura y reflexiva que muchas de sus contemporáneas. Es un thriller tenso, sostenido por emociones auténticas y por la pregunta incómoda que lo atraviesa: ¿Qué queda de uno mismo cuando la justicia deja de ser abstracta y se vuelve un asunto personal?


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