SIN LEY NI ESPERANZA (1972)

 EL CINE DE LOS AÑOS 70

SIN LEY NI ESPERANZA (1972)
REPARTO: CLIFF ROBERTSON, ROBERT DUVALL, LUKE ASKEW, R. G. ARMSTRONG, DANA ELCAR, DONALD MOFFAT, JOHN PEARCE, MATT CLARK, WAYNE SUTHERLIN, ROBERT H. HARRIS, JACK MANNING, ELISHA COOK JR., ROYAL DANO
DIRECTOR: PHILIP KAUFMAN
MÚSICA: DAVE GRUSIN
PRODUCTORA: UNIVERSAL PICTURES
DURACIÓN: 91 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS

En la historia del western, pocas figuras han alcanzado el estatus de leyenda como Jesse James y Cole Younger. Sus audaces robos a bancos y trenes, acompañados de una notoriedad que los convirtió en símbolos del forajido romántico y del antihéroe americano, han inspirado numerosas adaptaciones cinematográficas a lo largo de las décadas.


Sin ley ni esperanza, dirigida con energía por Philip Kaufman, aborda estos acontecimientos desde una óptica particular: la de Cole Younger. Mientras Jesse James se dibuja como un personaje violento y despiadado, Younger se muestra inteligente, reflexivo y capaz de cuestionar la moral de sus actos, convirtiéndose en un antihéroe con el que el espectador puede empatizar. Kaufman, quien alterna aquí labores de director y guionista, construye la narrativa en torno al célebre atraco al banco de Northfield, Minnesota, manteniendo un equilibrio entre la violencia inherente al suceso y pequeñas pinceladas de humor y distanciamiento que suavizan la crudeza de los hechos.

El film se inscribe en la corriente del western moderno de los años setenta, caracterizado por un tono hiperrealista y cierto desmitificado de la épica clásica. La interpretación de Cliff Robertson como Cole Younger es uno de los puntos fuertes: su actuación comedida y convincente convierte al criminal en un personaje cercano y creíble. Por su parte, Robert Duvall encarna a Jesse James con un enfoque más áspero y pragmático, alejándose de las versiones más poéticas del forajido que el cine había mostrado previamente.

Entre los detalles que enriquecen la película, destacan la presencia de elementos históricos como la irrupción del capitalismo en la vida rural y la temprana relevancia del béisbol como deporte nacional. A pesar de sus virtudes, la cinta presenta ciertos puntos débiles: la historia carece de profundidad en algunos momentos y no alcanza el impacto de otras revisiones del mito, como Forajidos de leyenda (Walter Hill, 1980) o la versión de Nicholas Ray de 1957. No obstante, Sin ley ni esperanza sigue siendo un western seco, competente y absorbente, con una mirada interesante sobre la dualidad moral de los forajidos y la complejidad de su tiempo.



Comentarios

  1. Western desmitificador que a mi modo de ver contribuyo mas a la decadencia del genero que a su rehabilitación. Si cuenta con un buen reparto, pero totalmente desaprovechada. La verdad es que me aburrió bastante.

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