SE PREPARA LA VERSION ITALIANA DE "CASA EN LLAMAS" CON MARGHERITA BUY DE PROTAGONISTA.

 SE PREPARA LA VERSION ITALIANA DE "CASA EN LLAMAS" CON MARGHERITA BUY DE PROTAGONISTA.

Italia ha decidido apropiarse de una chispa ajena para encender su propia hoguera cinematográfica. Antes incluso de que suene la claqueta en 2026, La casa in fiamme ya levanta expectación: no solo porque adapta uno de los mayores éxitos recientes del cine español, sino porque coloca al frente a una figura que por sí sola es capaz de convocar a un país entero. Margherita Buy, con su colección casi inabarcable de premios —David di Donatello, Nastri d’Argento, una Concha de Plata—, se adentra ahora en el vértigo cómico del personaje que en España interpretó Emma Vilarasau: una matriarca que decide fingir una enfermedad terminal para reunir a su familia y, de paso, prender la mecha del desastre emocional.

A su alrededor se mueve un reparto que confirma la ambición del proyecto: Fabrizio Bentivoglio, Barbara Chichiarelli, Antonio Bannò, Anita Caprioli, Arianna Di Claudio y Francesco Di Leva aportarán esa mezcla de neurosis, ironía y afecto que tan bien funciona en la tradición cómica italiana. La producción, respaldada por Wildside —la misma factoría que ha impulsado algunos de los títulos más notables del audiovisual italiano reciente— junto a Eliofilm y PiperFilm, apunta a una adaptación de envergadura.

El dúo formado por Giuseppe Stasi y Giancarlo Fontana, curtido en el éxito de Esconde a la abuela en la nevera, será el encargado de contener, o quizá de avivar, el fuego emocional de la historia. Su reto consiste en reescribir el guion de Eduard Sola para que respire con la idiosincrasia italiana sin perder la esencia de la obra original: una mezcla de secretos callados demasiado tiempo, mentiras familiares convertidas en combustible y una casa que acaba siendo metáfora y escenario del caos.

Todo ello parte de un fenómeno incontestable: Casa en llamas arrasó en España, superó el medio millón de espectadores y cosechó Goya, Gaudí y Feroz, convirtiéndose en la comedia catalana más vista de la década. Ahora es Italia quien recoge ese legado, decidida a transformar la risa española en un incendio propio, con una de sus actrices más veneradas como epicentro del nuevo estallido.





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