OH. WHAT. FUN. (2025)

EL OJO CRITICO

OH. WHAT. FUN. (2025)

REPARTO: MICHELLE PFEIFFER, FELICITY JONES, CHLOE GRACE MORETZ, DENIS LEARY, DOMINIC SESSA, JASON SCHWARTZMAN, EVA LONGORIA, MAUDE APATOW, HAVANA ROSE LIU, JOAN CHEN, DANIELLE BROOKS, DEVERY JACOBS

DIRECTOR: MICHAEL SCHOWALTER

MÚSICA: SIDDHARTHA KHOSLA

PRODUCTORA: AMAZON MGM STUDIOS

DURACIÓN: 107 min.

PAIS: ESTADOS UNIDOS

La nueva comedia navideña de Michael Showalter llega con la apariencia de un entretenimiento ligero, pero su centro late con un conflicto mucho más serio: la carga emocional, logística y afectiva que recae cada año sobre quienes sostienen las fiestas sin ser vistos. En esa fricción entre comedia y desahogo emocional se sitúa Oh. What. Fun., una película cuyo corazón quiere contar más de lo que finalmente consigue, aunque encuentra en Michelle Pfeiffer su mayor sostén dramático.

Si la película mantiene su dignidad, es gracias a Pfeiffer. Su Claire no cae en la caricatura habitual del personaje histriónico o desbordado; al contrario, es una figura vulnerable, inteligente, cansada sin perder la elegancia, y profundamente humana en su necesidad de ser tenida en cuenta. La actriz dota al personaje de una melancolía serena, logrando que incluso los momentos más torpes del guion respiren cierta verdad emocional.


Su interpretación es tan nítida que, por momentos, parece pertenecer a una película distinta y más compleja que la que la rodea.

El mayor obstáculo de Oh. What. Fun. es el tono. La narración bascula entre la comedia familiar, la sátira sobre las expectativas navideñas y el retrato íntimo de una mujer agotada, sin terminar de asentarse en ninguna de las direcciones. El resultado es un trayecto irregular, donde los cambios de humor se sienten poco orgánicos y algunos chistes caen en lo previsible o lo forzado.

Los personajes secundarios, fundamentales para construir el universo emocional de Claire, aparecen dibujados con excesiva simpleza. Sus motivaciones son escuetas, sus actos poco matizados, y eso provoca que la tensión dramática nunca encuentre verdadera profundidad. La familia que rodea a Claire funciona más como mecanismo narrativo que como seres humanos que permitan entender la herida de la protagonista.

La película, con toda su vocación de hablar de temas reales —el desgaste emocional, la necesidad de poner límites, la injusticia de los roles silenciosos dentro de una familia—, opta finalmente por un desenlace amable, casi automático. Esa elección, aunque comprensible dentro del molde navideño, suaviza en exceso el conflicto que había impulsado el relato. El dolor, la invisibilidad y la reivindicación interior que la película pretende explorar se resuelven con una rapidez que resta impacto.

Es como si la obra se conformara con sugerir un conflicto sin atreverse a indagar realmente en él.

Oh. What. Fun. es una película bien intencionada y cálidamente interpretada, pero atrapada entre la necesidad de ser una comedia familiar accesible y el deseo de hablar de algo más profundo. En esa tensión pierde fuerza, aunque deja destellos de sinceridad en ciertos pasajes y, sobre todo, en la interpretación de Michelle Pfeiffer, que eleva por sí sola el conjunto.



Comentarios

  1. Bastante floja comedia navideña y bastante woke, lo mejor Michelle Pfeiffer y si sacamos a la actriz, no hay nada destacable en la pelicula a reseñar; puede que si explotaran esa relación amor-odio con la vecina que interpreta Joan Chen el film hubiera resultado divertido, potencial había.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario