LA FAMILIA McMULLEN (2025)

 EL OJO CRITICO

LA FAMILIA McMULLEN (2025)
REPARTO: CONNIE BRITTON, HALSTON SAGE, EDWARD BURNS, TRACEE ELLIS ROSE, JULIANA CANFIELD, BRIAN D’ARCY JAMES, MIKE McGLONE, SHARI ALBERT, PICO ALEXANDER, JOHN EL-JOR, STEPHEN BADALAMENTI, BRYAN FITZGERALD
DIRECTOR: EDWARD BURNS
MÚSICA: SEAMUS EGAN
PRODUCTORA: WARNER BROS
DURACIÓN: 110 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Como secuela tardía de The Brothers McMullen (1995), The Family McMullen nace con un problema evidente: no tiene una razón artística de peso para existir. Y sin embargo, en su condición de comedia navideña liviana, funciona mejor de lo que cabría esperar. Edward Burns retoma su viejo universo irlandés-estadounidense con una mezcla conocida de sarcasmo, afecto y nostalgia, aunque esta vez envuelta en una estética cercana al telefilme. La decisión de estrenarla en cines solo un día ya dejaba claro el alcance modesto del proyecto.


La historia se sitúa treinta años después, durante Acción de Gracias, cuando la familia se reúne en casa de Barry, ahora padre divorciado de dos jóvenes adultos y protagonista involuntario de un dinámico cruce de enredos sentimentales. La muerte reciente de Jack, el hermano mayor, pesa sobre el ambiente, especialmente sobre Molly, su viuda, que intenta desprenderse de la casa familiar mientras revive recuerdos y posibles segundas oportunidades amorosas.

Barry acoge en su hogar a Patrick, católico fervoroso y recién separado, y a Patty, su sobrina insegura tras una ruptura precipitada. Esta convivencia improvisada sirve como motor de una cadena de encuentros y reencuentros con antiguos compañeros de instituto, recurso repetido con tanta frecuencia que delata cierta pereza narrativa. Aun así, la película encuentra chispa en la pareja formada por Tommy —hijo despreocupado de Barry— y Karen, una joven de carácter independiente con la que comparte un divertido ritual cinéfilo. Son los dos intérpretes que mejor encarnan el espíritu ligero y urbano que la película persigue.

Otros romances, como el de Patty o el de Molly con un antiguo conocido, aparecen menos desarrollados, mientras que algunos secundarios resultan demasiado caricaturescos. La cinta se beneficia, sobre todo, de la agilidad verbal del reparto: Burns, Britton, McGlone, Canfield o Tracee Ellis Ross sostienen con dignidad un guion irregular que alterna diálogos brillantes con momentos torpes o previsibles.

The Family McMullen no alcanza la frescura ni el encanto improvisado del filme original, pero tampoco pretende disputarle el lugar. Como comedia de temporada, ligera y amable, cumple su cometido sin destacar y sin ofender: un plato recalentado que, si se acepta tal cual, resulta sorprendentemente llevadero.



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