LA ODISEA DE "ALGUIEN VOLO SOBRE EL NIDO DEL CUCO".

 LA ODISEA DE "ALGUIEN VOLO SOBRE EL NIDO DEL CUCO".


Cuando Michael Douglas recuerda el rodaje de Alguien voló sobre el nido del cuco, habla de una mezcla extraña de camaradería y gravedad, como si la producción hubiese sido un campamento improvisado dentro de un hospital psiquiátrico real. Y, en cierto modo, lo fue: el equipo vivía en el mismo motel, se levantaba al alba para subir juntos al autobús y rodar en el hospital estatal de Salem, en Oregón, un escenario que impregnó la película de un aire casi documental. Danny DeVito aún se ríe al evocar aquel ritual diario y las intenciones del reparto por mantenerse en personaje, incluso durante la comida. “Queríamos hasta dormir en el hospital”, recuerda. Pero la respuesta fue un rotundo no: en el piso superior había internos acusados de asesinato.

Ese ambiente peculiar no impedía, sin embargo, que el equipo asumiera el trabajo con enorme seriedad. Miloš Forman imponía una concentración férrea, y la novela de Ken Kesey era tratada como un material casi sagrado. Nadie olvidaba que estaban adaptando un relato duro, contracultural y lleno de aristas. Aun así, el rodaje tuvo espacio para la cercanía, la diversión y la espontaneidad, algo que Nicholson aprovechó para hacer suya la figura de Randle Patrick “RP” McMurphy. Años después, confesó que interpretó al personaje con una clave secreta: esperaba que la enfermera Ratched, tan rígida y hostil, acabara sucumbiendo a los encantos de aquel bribón encantador. Esa tensión no escrita, contaría después, era para él el verdadero talón de Aquiles del protagonista.

Jack Nicholson, sin embargo, vivió aquella película también desde una intensidad personal inesperada. Trabajar día tras día rodeado de un ambiente psiquiátrico –aunque fuese recreado– terminó permeándolo de un modo que no logró controlar. “No iba a un plató, sino a un sanatorio mental”, confesó en una ocasión. Anjelica Huston, su pareja de entonces, sintió el cambio con tanto peso que decidió abandonar Oregón y regresar a Los Ángeles. Antes de marcharse, dejó una frase que Nicholson nunca olvidó: «Ya no sé si estás sano o no. Te veré cuando regreses al mundo real».

Paradójicamente, este papel que tanto lo absorbió fue también el que casi decide no acompañarlo a la noche de los Oscar. Era 1976, y Nicholson sumaba cinco nominaciones consecutivas sin una sola victoria. Estaba cansado de perder en público y había insistido en que no pensaba soportar otro desaire. Michael Douglas, productor del filme, recordaría entre risas la pequeña batalla que libró para convencerlo de asistir. Cuando la gala comenzó y la película perdió sus primeros cuatro premios, Nicholson se giró hacia Douglas y le susurró: «Ay, Mikey D… te lo dije». Pero Douglas mantuvo la calma: «Aguanta».

La insistencia tuvo su recompensa. Aquella noche, Alguien voló sobre el nido del cuco se convirtió en leyenda al conquistar los llamados “cinco grandes”: guion, dirección, actor, actriz y película. Era algo que no ocurría desde 1934 con Sucedió una noche, y que solo El silencio de los corderos repetiría décadas después. Para Douglas, que debutaba como productor y que había recibido el proyecto de manos de su padre, Kirk Douglas, el triunfo tuvo un sabor de revancha y gratitud a partes iguales. Fue el título que le abrió definitivamente las puertas del cine y que puso en el mapa a varios actores entonces desconocidos, como DeVito o Christopher Lloyd.

Años más tarde, cuando Douglas rememora aquella aventura, habla de un recuerdo que no se desdibuja. “Es la primera película que produje… y sigue viva para la gente”. Quizá ese sea el secreto de su permanencia. Nacida entre dudas, rechazos y un rodaje encerrado en un hospital, la película no solo conquistó a la crítica y a la Academia: también dejó una huella imborrable en quienes la hicieron posible. Algunos proyectos se elevan sobre la resistencia. Este, sin duda, fue uno de ellos.




Comentarios

  1. Loco o no, hizo un fabuloso trabajo Jack Nicholson al igual que sus compañeros de reparto. Una pelicula inolvidable esta de Milos Forman.

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