EL OJO CRITICO
LA CASA DE MUÑECAS DE GABBY: LA PELICULA (2025)
REPARTO: LAILA LOCKHART KRANER, KRISTEN WIIG, GLORIA STEFAN, DONOVAN PATTON, EDUARDO FRANCO, JULIET DONENFELD, CARLA TASSARA, SECUNDA WOOD, SAINTY NELSEN, LOGAN BAILEY, MAGGIE LOWE, TINA UKWU
DIRECTOR: KIRK DE MICCO, FARYN PEARL, RYAN CREGO
MÚSICA: STEPHANIE ECONOMOU
PRODUCTORA: UNIVERSAL PICTURES
DURACIÓN: 98 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Tras un lustro de éxito en plataformas, Gabby, Pandy, Baby Box, Catrat y compañía abandonan la comodidad del salón de casa para probar suerte en la gran pantalla. El salto al cine no es casual ni inocente: la película está concebida como un evento para quienes ya conocen bien el universo de la serie, pensado sobre todo para su público más fiel, mayoritariamente infantil y, en especial, femenino.
El principal escollo de esta transición tiene que ver con la redefinición de su espectador ideal. La ausencia de las actividades interactivas que caracterizaban a la serie —pensadas para niñas y niños de entre seis y once años— provoca que ese tramo de edad quede ligeramente descolgado. Al mismo tiempo, la película insiste en fórmulas dirigidas a un público todavía más pequeño: preguntas directas al espectador, canciones reiterativas, invitaciones a participar físicamente desde la butaca. El resultado es una sensación de indefinición, como si el film no terminara de decidir a quién quiere hablarle exactamente. A esto se suma un uso del live action que, en lugar de suavizar la experiencia, introduce un nivel de estímulo que puede resultar excesivo para los más pequeños.
Visualmente, La casa de muñecas de Gabby: la película es un estallido constante. Tonos pastel y eléctricos, brillos, purpurina, una sucesión ininterrumpida de números musicales —mezcla de pop contemporáneo y canciones propias de la franquicia— y una presencia casi abrumadora de gatitos convierten la experiencia en una fiesta sensorial permanente. Dentro de ese exceso, hay que reconocer un diseño cuidado y una estética coherente con el imaginario de la serie, además de una mirada amable y respetuosa hacia la infancia.
Más allá de lo puramente visual, la película articula un discurso sencillo pero reconocible: crecer no implica renunciar al juego ni a la imaginación. El relato insiste en la importancia de conservar una relación afectiva con ese universo infantil, no como refugio, sino como motor creativo que puede acompañar todas las etapas de la vida. Aunque no propone actividades concretas, sí deja flotando la invitación a regresar a casa con ganas de crear, jugar o compartir esas aficiones con quienes vienen detrás.
En última instancia, la película funciona como un entretenimiento familiar sin grandes ambiciones narrativas, pero también como una operación comercial perfectamente engrasada. Su estreno se percibe como el preludio ideal para una temporada marcada por fechas clave como el Black Friday o la Navidad, consolidando así a Gabby y su mundo no solo como personajes animados, sino como una marca plenamente integrada en el consumo cultural y doméstico.


La verdad es que es una pelicula que solo complacera a los mas pequeños de la casa, el resto es olvidable incluso la animación no es gran cosa y las interpretes tanto Laila Lockhart como Gloria Estefan están fatales, sin embargo Kristen Wiig, no esta nada mal.
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