¿"JUNGLA DE CRISTAL" ES UNA PELICULA NAVIDEÑA?.
Cada diciembre, cuando las luces vuelven a colgarse de los balcones y los catálogos de plataformas se llenan de clásicos festivos, reaparece una discusión que ya forma parte del folclore cinéfilo: la de Jungla de cristal y su presunto estatus como película navideña. No es una pregunta que se formule con cautela; al contrario, basta mencionarla para que la respuesta salga disparada, casi tan rápido como una réplica de John McClane.
Para muchos, la respuesta es afirmativa y no admite demasiados matices. La historia transcurre en Nochebuena, los villancicos suenan entre tiroteos, el edificio está decorado con guirnaldas y hasta hay un gorro de Papá Noel incrustado en el imaginario colectivo de la película. La Navidad no es solo un telón de fondo: impregna la atmósfera, acompaña el ritmo del relato y convierte el caos en un extraño ritual festivo.
Pero existe el bando contrario, igual de vehemente. Para ellos, una película de acción no puede transformarse en cine navideño por el simple hecho de situar su trama en diciembre. Ni los disparos ni las explosiones, argumentan, encajan con el espíritu de las reuniones familiares y el turrón. Entre quienes se alinearon con esta postura estuvo el propio Bruce Willis, que años antes de que se hiciera pública su enfermedad —demencia frontotemporal diagnosticada en 2022— dejó clara su opinión con el humor seco que siempre lo caracterizó.
Lo hizo durante su monólogo en el Roast de Comedy Central, un espacio donde la ironía es ley y nadie sale ileso. Allí, entre risas y aplausos, sentenció: «Jungla de cristal no es una película de Navidad. ¡Es una maldita película de Bruce Willis!». Una frase tan contundente como definitiva, pronunciada además por el hombre que dio vida a McClane y convirtió al policía descalzo en icono del cine de acción.
Tampoco el director, John McTiernan, ha defendido nunca una intención navideña consciente. Siempre ha explicado que la película no fue concebida como tal, aunque ha mostrado una postura pragmática: si el público la vive como una película de Navidad, entonces lo es. En la misma línea se sitúa Steven E. de Souza, uno de los guionistas, quien reconoce la presencia de elementos propios de esas fechas, pero niega que el proyecto naciera con ese propósito.
Quizá ahí resida el encanto del debate. Jungla de cristal no necesita decidir qué es para seguir siendo lo que ya es: una película que, cada Navidad, vuelve a colarse en la conversación colectiva, disparando opiniones con la misma precisión que su protagonista. Y tal vez eso, al final, sea su tradición más navideña.

En un principio no creo que lo fuera, solo era una peli ambientada en esta época del año, pero el tiempo la ha puesto como un clásico del cine navideño.
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