EL OJO CRITICO
DYE MY LOVE (2025)
REPARTO: JENNIFER LAWRENCE, ROBERT PATTINSON, LAKEITH STANFIELD, SISSY SPACEK, NICK NOLTE, SARAH LIND, VICTOR ZINCK JR., PHILLIP LEWITSKI, LUKE CAMILLERI, DEBS HOWARD, GABRIELLE ROSE, KENNEDY CALDERWOOD
DIRECTORA: LYNNE RAMSAY
MÚSICA: RAIFE BURCHELL, LYNNE RAMSAY, GEORGE BJESTICA
DURACIÓN: 119 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Conviene empezar por lo esencial, aunque no sea por donde suele hacerlo la película. Die My Love es, ante todo, una experiencia incómoda. Lynne Ramsay sabe muy bien cómo provocar desasosiego, cómo tensar al espectador hasta hacerlo sentirse atrapado en una atmósfera opresiva que no concede respiro. El formato 1:33, la fotografía cerrada y asfixiante, el uso obsesivo de sonidos como el zumbido de una mosca o el ladrido de un perro funcionan como mecanismos de presión constante, casi física. Hay escenas que golpean con dureza, y alguna de ellas —especialmente una relacionada con un animal— roza la crueldad y puede resultar difícil de soportar para los más sensibles.
Ese es, probablemente, el mayor logro del film. El problema es que, una vez asentada esa sensación, la película no parece saber muy bien hacia dónde avanzar. Ramsay construye un relato que gira sobre sí mismo, reiterativo, excesivamente explicativo y, a la larga, agotador. Durante sus dos horas de duración, la historia insiste una y otra vez en los mismos estados emocionales sin ofrecer nuevas capas que justifiquen ese estancamiento.
Jennifer Lawrence es, sin discusión, el pilar de la película. Su interpretación de Grace, una mujer atrapada entre la depresión posparto y una profunda frustración sexual, es comprometida y físicamente exigente. El espectador entiende lo que le ocurre, comprende las causas de su desequilibrio, pero eso no significa que logre empatizar plenamente con ella. El guion la empuja a comportamientos cada vez más extremos y peculiares, lo que termina creando una barrera emocional difícil de salvar.
A su lado está Jackson, un personaje definido con una torpeza tan evidente que resulta casi caricaturesca. No hace falta que la película subraye su inutilidad: su comportamiento habla por sí solo, y no precisamente con sutileza. Ambos actores cumplen, pero sus personajes son complicados de “comprar” como seres humanos creíbles.
El montaje tampoco ayuda. El constante vaivén entre lo onírico y lo real, unido a una estructura que alterna presente y pasado para explicar cómo se ha llegado hasta ese punto, acaba desorientando al espectador más de lo necesario. En lugar de enriquecer el relato, esta doble línea temporal lo ralentiza y alarga artificialmente.
A eso se suma un reparto desaprovechado. Nick Nolte aparece de forma casi testimonial, Lakeith Stanfield ni siquiera tiene diálogo y Sissy Spacek, aunque mejor tratada, podría haber tenido un peso mucho mayor. Die My Love tiene temas potentes y una actriz entregada, pero se pierde en su propio eco, confundiendo incomodidad con profundidad.


La pelicula la verdad es que es un verdadero tostón, los dos actores veteranos: Sissy Spacek y Nick Nolte, totalmente desaprovechados.
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