AMIGOS HASTA LA MUERTE (1973)

 EL CINE DE LOS AÑOS 70

AMIGOS HASTA LA MUERTE (1973)
REPARTO: ROCK HUDSON, DEAN MARTIN, SUSAN CLARK, DONALD MOFFAT, JOHN McLIAM, CHARLES BACA, JACKSON D. KANE, ED BEGLEY JR., BEN ZELLER, JOHN GILL, RITA ROGERS, VICTOR MOHICA, RICHARD CORRELL, JAMES CARROLL JORDAn
DIRECTOR: GEORGE SEATON
MÚSICA: DAVID SHIRE
PRODUCTORA: UNIVERSAL PICTURES
DURACIÓN: 95 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Durante los años 70, los grandes intérpretes del western comenzaron a despedirse del género sin preocuparse por ocultar su edad o sus limitaciones físicas. Con total naturalidad, Wayne ya lo había hecho en varias cintas, y en esta ocasión, Rock Hudson y Dean Martin se suman al grupo, interpretando a dos viejos amigos de infancia: Chuck Jarvis y Billy Massey. Tras años de aventuras compartidas, la vida los ha colocado en lados opuestos de la ley: Chuck es sheriff del pueblo de Cumbres, mientras que Billy ha decidido robar un tren, dando inicio a la persecución que constituye el núcleo de la trama. La relación entre ambos es compleja y entrañable. A pesar de sus diferencias, comparten recuerdos y afectos, aunque no siempre coincidieron: Chuck acaba conquistando a Kate (Clark), la mujer que ambos pretendían, generando momentos que recuerdan a Dos hombres y un destino de Roy Hill, reforzados por los abundantes flashbacks en blanco y negro que evocan la nostalgia de tiempos pasados.


El tono de la película combina comedia y western de manera equilibrada. Billy, con su simpatía y aire desenfadado, recuerda a James Newman en sus papeles más divertidos, mientras que Chuck mantiene un perfil más serio, similar a Kid interpretado por Redford. Los diálogos ligeros y los momentos humorísticos aportan frescura, sin restar tensión a la acción.

El guion es notable, comenzando con una de las mejores secuencias de trenes del género, donde un ardid ingenioso permite el robo en medio de paisajes de gran belleza. La atención al detalle se extiende al rastreo de los fugitivos, llevado a cabo con meticulosidad casi obsesiva por los indios contratados para la labor.

El reparto está excelentemente trazado y resulta creíble. Dean Martin brilla con su papel de perdedor simpático, marcado por una suerte adversa que termina convirtiéndolo en vencedor; Hudson, algo más rígido, compensa con su presencia imponente. Clark equilibra a ambos con su personaje, combinando momentos de acción con la atención cuidadosa a los demás, desde curar luxaciones hasta administrar baños terapéuticos.

El final, un brioso tiroteo en medio de un bosque calcinado, simboliza de manera poética el ocaso del género y de sus grandes intérpretes. Una película disfrutable, con personajes entrañables, acción ingeniosa y un equilibrio perfecto entre humor y western clásico: un digno cierre para una época que quedará siempre en la memoria de los aficionados.



Comentarios

  1. Un buen western que manteniendo su tono clásico, tiene un aire de western crepuscular.

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