EL 👀 CRITICO
UNA NAVIDAD EX-CEPCIONAL (2025)
REPARTO: ALICIA SILVERSTONE, OLIVER HUDSON, JAMEELA JAMIL, MELISSA JOAN HART, PIERSON FODE, TIMOTHY INNES, LINDA KASH, EMILY HALL
DIRECTOR: STEVE CARR
MÚSICA: JEFF CARDONI
PRODUCTORA: HARTBREAK FILMS
DURACIÓN: 89 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
La Navidad es, por excelencia, momento de optimismo, de reconciliación, de ramas de acebo y pigmentos rojos… pero también de viejas heridas y expectativas que no se cumplen. Una Navidad ex‑cepcional parte de esa veta más incómoda: una pareja separada intenta celebrar «una última fiesta en familia» antes de dar carpetazo. Kate (Alicia Silverstone) está decidida a cerrar un capítulo: vender la casa familiar, despedirse del pasado, brindar por lo que fue. Sin embargo, cuando su exmarido Everett (Oliver Hudson) llega con su nueva novia al festín navideño, el plan de armonía se descompone y la comedia decembrina se convierte en caos emocional.
Silverstone se mueve con solvencia entre la suavidad de la madre que quiere hacerlo bien y la irritación contenida de quien ve cómo el mundo que conocía se desmorona. Su carisma revive aquel espíritu de los noventa que la convirtió en icono, y consigue dotar a Kate de algo más que un itinerario cómico: hay una mujer que se enfrenta, aunque sea bajo la piel de un tono ligero, a lo que significa perder, soltar y reinventarse. Pero el resto del filme le exige demasiado poco: el guion de Holly Hester se aferra a fórmulas previsibles —la nueva novia más joven, los malentendidos junto al árbol, los recuerdos que golpean— y el director Steve Carr lo expone todo con el pulso habitual de las comedias navideñas de catálogo: pulcro, inofensivo, sin sobresaltos.
Lo que prometía un tono algo más agrio, con la marca de una separación moderna y el reto de recomponer el vínculo en plena tormenta festiva, queda en un producto funcional pero tibio. Las risas llegan, el conflicto también, pero la emoción se diluye en una resolución cómoda que borra el filo que podría haber tenido. Los personajes secundarios y el nuevo amor de Kate (introducido demasiado tarde) aportan distracción, pero no aristas. Y la casa que debía ser símbolo de lo perdido acaba convirtiéndose en un decorado bastante literal en el que todo se resuelve sin rasguños.
Eso dicho, para quienes buscan una comedia romántica navideña sin exigencias mayúsculas, Una Navidad ex‑cepcional cumple: tiene nieve, canciones suaves, decoraciones brillantes y un regreso de Silverstone que funciona como guiño nostálgico. Pero si el deseo es encontrar algo que tamice la rutina de la temporada con un poco de descaro o verdad emocional, el film se queda en el envoltorio más que en el contenido.


La típica pelicula navideña tontorrona, algo woke, que desde el minuto uno de metraje todo el mundo ya sabe lo que va a pasar. Se deja ver, pero por momentos se hace cansina por muchas luces de navidad, nieve y repostería que tenga.
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