¿QUIEN ES EL ACTOR PREDILECTO DE CLINT EASTWOOD DE TODOS LOS TIEMPOS?
Antes de convertirse en leyenda, Clint Eastwood era simplemente “Coop” para las secretarias de los estudios. Le veían cierto parecido con Gary Cooper, y el apodo le acompañó durante un tiempo, aunque él mismo reconocería después que su camino no iba por esa senda. Cooper le inspiraba respeto, pero su admiración más profunda se dirigía hacia otro tipo de intérprete: James Cagney.
“Siempre me gustó el estilo y la energía de Cagney. Era intrépido. La mayoría de esos tipos lo eran”, confesó Eastwood en una conversación con el crítico Patrick McGilligan, recogida en el libro Clint Eastwood: Entrevistas. Aquella frase revela mucho sobre su forma de entender la interpretación: una mezcla de contención y fuego interior, tan reconocible en su propia filmografía.
Cagney, por su parte, fue uno de los grandes rostros del Hollywood clásico. Ganó el Oscar al mejor actor en 1943 por Yanqui Dandy y fue nominado en otras dos ocasiones, por Ángeles con caras sucias (1939) y Quiéreme o déjame (1956), compartiendo pantalla con figuras como Humphrey Bogart, Pat O’Brien o Doris Day. Pero su legado se extiende mucho más allá de esos títulos: Al rojo vivo, Uno, dos, tres, El hombre de las mil caras, La ley de la horca o Escala en Hawái forman parte de un repertorio que marcó una época.
No deja de resultar curioso que Eastwood, tantas veces reducido a dos expresiones —“una con sombrero y otra sin sombrero”, como bromeaba Sergio Leone—, sintiera tanta afinidad por un actor tan eléctrico y expansivo como Cagney. Y, sin embargo, en esa aparente contradicción reside la clave: ambos representaban, a su modo, una forma de coraje y autenticidad que trascendía la pantalla.
Con los años, Eastwood ampliaría su panteón de referentes. A Cagney se sumaron nombres como Humphrey Bogart, Robert Mitchum y, por supuesto, el propio Gary Cooper. Pero el brillo especial que reserva al protagonista de Al rojo vivo nunca se apagó. En su voz, el respeto por Cagney suena menos a admiración distante que a gratitud: la de un actor que reconoció en otro la esencia misma de la energía cinematográfica.


Cagney fue uno de los grandes actores del cine y uno de los que hizo grande a los personajes de tipo duro, pero ambos tienen un estilo muy diferente, si Cagney es pura energía, Eastwood es mas tranquilo.
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