PREDATOR SE VA DE CACERÍA Y LIDERA LA TAQUILLA SIN RECUPERAR SU COSTE.
El mejor estreno limitado de la semana ha sido Valor sentimental, que con apenas cuatro cines en Los Ángeles y Nueva York ha logrado una recaudación de 200.000 dólares. Un comienzo prometedor que contrasta con la fría acogida de Christy, la primera apuesta de Black Bear como distribuidora. Su debut, con tan solo 1,3 millones obtenidos en más de 2.000 salas, figura ya entre los diez peores registros para un lanzamiento de esa magnitud.
Tampoco Bugonia ha logrado despertar el entusiasmo que acompañó a La favorita o Pobres criaturas, aunque en apenas un par de semanas ha superado los discretos 16 millones que Kinds of Kindness sumó el año pasado. Aun así, el verdadero termómetro de esta temporada parece estar en otro tipo de cine, más cercano y con un público fiel.
Ahí se inscribe la reciente Fiesta del Cine, donde tres títulos se alzaron con los primeros puestos: Los domingos, La cena y Los Tigres. Las dos primeras, impulsadas por el boca a boca, superaron los dos millones de euros cada una y se han convertido en auténticos fenómenos locales. La de Alberto Rodríguez, más modesta en su avance hacia el millón, mantiene la calidad de sus anteriores obras, aunque el público no haya respondido con la misma intensidad.
En el panorama internacional, los números se reparten con desigual fortuna. A pesar de ti continúa su buena racha: en su tercer fin de semana ha recaudado casi lo mismo que en el segundo, superando ya los 70 millones a nivel mundial. Un logro notable para una película que costó 30. En esa misma franja se mueve Black Phone 2, que roza los 120 millones y podría alcanzar los 160 que hizo la primera entrega, demostrando que el terror, cuando funciona, lo hace con constancia.
Muy diferente es el caso de Predator: Badlands, un intento por rejuvenecer una franquicia que no termina de encontrar su sitio. Con 80 millones en su estreno global —40 en Estados Unidos y otros tantos en el resto del mundo—, la cinta se queda corta frente a su presupuesto de más de 100 millones. Paradójicamente, el público que ha acudido a verla no es el joven al que Disney pretendía conquistar, sino los nostálgicos de siempre.
Otros títulos han tenido un desempeño más comedido: Sarah’s Oil y Núremberg rondan los cuatro millones, mientras que Die My Love no logra alcanzar los tres que sí consiguió La sustancia, el primer estreno en salas de MUBI el pasado año. Resultados previsibles, en cualquier caso, a la espera de cómo responda el tiempo y el boca a boca.
Por último, TRON: Ares avanza con paso más lento del esperado y parece resignarse a no alcanzar los 150 millones que muchos daban por seguros. La épica digital se queda así en terreno de nadie, entre la promesa y la decepción.
Así, entre éxitos domésticos y decepciones globales, el termómetro de la taquilla dibuja un retrato cambiante: un público que responde al cine cercano y auténtico, pero que se muestra cada vez más escéptico ante los colosos de siempre.



La penúltima entrega de Predator sino recuerdo mal se estreno directamente a plataformas, donde obtuvo una muy buena recepción. Pero esta última ya viendo el aspecto del predator es que la verdad te hechas para atrás.
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