LUDWIG (1972)

 EL CINE DE LOS AÑOS 70

LUDWIG (1972)
REPARTO: HELMUT BERGER, ROMY SCHNEIDER, TREVOR HOWARD, GERT FROBE, SILVANA MANGANO, HELMUT GRIEM, UMBERTO ORSINI, IZABELLA TELEZYNSKA, JOHN MOULDER-BROWN, SONIA PETROVNA, ADRIANA ASTI
DIRECTOR: LUCHINO VISCONTI
MÚSICA: RICHARD WAGNER
PRODUCTORA: MEGA FILM
DURACIÓN: 238 min.
PAÍS: ITALIA, FRANCIA, ALEMANIA
A un Visconti maduro le fascinaba sumergirse en mundos específicos y explorar cada detalle con minuciosa delectación. Estos entornos suelen asociarse con la decadencia, aunque quizá lo que realmente retrata es una exuberancia contenida, un lujo desbordante que atrae su mirada. La Baviera del reinado de Luis II se convierte así en un escenario ideal, donde Visconti se sumerge con entusiasmo, dejando que el ambiente hable casi tanto como los personajes. Sin embargo, el director no se conforma con el marco: necesita un personaje que encaje plenamente en él. Luis II de Baviera, con su personalidad enigmática y debatida, ofrece esa posibilidad. Su ambigüedad —la misma que ha alimentado discusiones sobre su muerte, si fue suicidio o asesinato— encuentra un intérprete ideal en Helmut Berger, capaz de transmitir la fragilidad y los matices de un monarca complejo y contradictorio.


Como en todo biopic, existe la constante tensión entre la fidelidad histórica y la narrativa cinematográfica. Visconti elige ser riguroso: muestra la vida de Luis II con sus dudas, contradicciones y particularidades. Su relación con Wagner, su carácter caprichoso, sus deficiencias políticas, sus problemas sexuales y su peculiar pacifismo se presentan con honestidad, permitiendo al espectador comprender la complejidad de la figura histórica.

La duración y el ritmo de la película han sido objeto de crítica: larga y lenta, dicen algunos. Pero esa “morosidad” responde tanto a la densidad de la historia como a la necesidad de dar tiempo al espectador para penetrar en el carácter del protagonista. Reducirla quizá hubiera sacrificado matices esenciales, perdiendo la esencia de la vida de Luis II.

Estéticamente, el film es un derroche: Visconti cuida cada encuadre, cada composición, logrando un resultado que casi siempre impresiona. Los actores también están a la altura: Helmut Berger navega con maestría las distintas etapas del monarca; Romy Schneider aporta fuerza y presencia como Sissi; Trevor Howard encarna a Wagner de manera convincente y natural. El resto del reparto sostiene con eficacia sus papeles, un reflejo claro de la precisión y el control del director sobre su obra.

En conjunto, la película se percibe como un equilibrio entre la minuciosidad estética, la profundidad psicológica y la fidelidad histórica, un biopic que exige paciencia pero recompensa con una visión completa y sofisticada de Luis II de Baviera.



Comentarios

  1. Pelicula muy lenta, pero que sin embargo contiene unas buenas interpretaciones y una lujosa puesta en escena y vestuario. Lo mas interesante del film es la imagen de Romy Schneider una vez mas interpretando a la emperatriz Sissi, pero muy diferente a la imagen proyectada en los films de los años 50 que le dieron el estrellato a nivel europeo.

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