KEVIN SPACEY VUELVE A HABLAR DE SU SITUACION PERSONAL.
Kevin Spacey atraviesa un periodo de vida marcado por la inestabilidad y los cambios constantes. “Literalmente no tengo casa”, confesó en una reciente entrevista con The Telegraph. Durante los últimos años, explica, su día a día ha sido un vaivén continuo entre hoteles y Airbnbs, siempre moviéndose hacia donde surja el trabajo. “He perdido mi casa porque los costes de estos siete años han sido astronómicos. Muy poco dinero ha entrado y todo ha salido”, añade, describiendo un presente complicado tanto en lo económico como en lo personal.
El actor, doblemente ganador del Óscar, encara también las secuelas profesionales derivadas de las acusaciones que surgieron en 2017. Ese año, tras ser denunciado por conducta sexual inapropiada por un miembro del equipo de House of Cards, Spacey fue despedido de la serie de Netflix y la sexta temporada quedó suspendida. Posteriormente, se le exigió pagar 31 millones de dólares al estudio MRC por los daños ocasionados. Pese a ello, siempre ha mantenido su inocencia y fue declarado no culpable en los juicios de agresión sexual celebrados tanto en Estados Unidos como en Reino Unido.
Sin embargo, Spacey mantiene la esperanza de un regreso al cine y la televisión. “Estamos en contacto con gente muy poderosa que quiere que vuelva a trabajar. Eso ocurrirá cuando llegue el momento adecuado”, asegura. En su opinión, la industria parece esperar un aval externo: “Creo que está esperando permiso, que alguien con un nivel enorme de respeto y autoridad me respalde”.
En ese sentido, no duda en señalar los nombres que podrían abrirle nuevamente las puertas: Martin Scorsese y Quentin Tarantino. “Si Martin Scorsese o Quentin Tarantino llaman a Evan [Lowenstein, su mánager] mañana, todo habrá acabado”, comenta. “Me sentiría increíblemente honrado y encantado si un talento de ese nivel descolgara el teléfono. Y creo que va a suceder”.

Una lastima lo que esta sufriendo este actor, ya que es muy bueno.
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