EL 👀 CRITICO
GUNSLINGERS (2025)
REPARTO: NICOLAS CAGE, STEPHEN DORFF, HEATHER GRAHAM, SCARLET ROSE STALLONE, TZI MA, JEREMY KENT JACKSON, COSTAS MANDYLOR, COOPER BARNES, BRE BLAIR, WILLIAM McNAMARA, RANDALL BATTINKOFF, MITCHELL HOOG
DIRECTOR: BRIAN SKIBA
MÚSICA: RICHARD PATRICK
PRODUCTORA: LIONSGATE
DURACIÓN: 104 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
El nombre de Nicolas Cage siempre promete, aunque no siempre cumple. Hace apenas unos años, el actor fue celebrado por su ironía autoconsciente en El peso insoportable del talento descomunal, donde jugaba a ser una caricatura de sí mismo y fue elogiado por su “entrega constante”, una virtud más mediática que real. Aquella versión de Cage, esforzada y autoirónica, contrastaba con la que ahora encontramos en Gunslingers, un western de bajo presupuesto donde vuelve a dejar claro que, por mucho empeño que ponga, el esfuerzo no siempre basta para salvar una película.
En esta ocasión, Cage interpreta a Ben, un antiguo pistolero autista y redimido, con gafas de cristales en forma de cruz y una voz áspera, extraña, casi teatral. Su acento —una mezcla improbable entre un predicador cansado y el Macho Man Randy Savage reencarnado— se roba la única escena verdaderamente memorable del filme. Esa secuencia, en la que el actor se desata por completo, es el único destello de la locura creativa que lo ha convertido en un ícono imprevisible y fascinante.
El resto, por desgracia, se queda muy lejos. Gunslingers intenta rendir homenaje al género clásico con una premisa sencilla pero atractiva: un grupo de fugitivos llega a un pueblo de Kentucky a principios del siglo XX, un lugar donde todos parecen tener cuentas pendientes con el pasado. Sin embargo, lo que podría haber sido un western crepuscular termina reducido a una serie de tiroteos mal montados y diálogos que suenan tan forzados como sus emociones. La acción se diluye en el caos del montaje y los personajes se pierden entre frases sin peso ni dirección.
El reparto secundario, encabezado por Stephen Dorff, Costas Mandylor y Heather Graham, se esfuerza por sostener el tono polvoriento del relato. Dorff se entrega más que nadie; Mandylor cumple dentro de sus limitaciones; y Graham aporta algo de presencia a un personaje cuya historia —una cuñada herida que llega con su hija a un pueblo hostil— parece concebida más para encajar piezas del guion que para generar verdadera emoción.
El problema, en realidad, nace desde la raíz: el guion y la dirección de Brian Skiba, habitual de producciones para plataformas y películas navideñas de encargo. Aquí, su acercamiento al western es más decorativo que sustancial. La trama, que arranca con promesas de redención y enfrentamientos familiares, pronto se desliza hacia el terreno de lo previsible, perdiendo el pulso dramático que necesita un relato de estas características.
Lo curioso es que la idea de un pueblo poblado por hombres malos en busca de redención podría haber funcionado si Skiba hubiera apostado por una atmósfera más seca y moralmente ambigua. Pero Gunslingers carece de esa intensidad, de esa tensión que hacía vibrar el western clásico. Todo resulta impostado, como si el polvo del desierto fuera solo una escenografía.
Así, lo que queda es un intento de homenaje que no termina de encontrar su voz. Cage, fiel a su espíritu excéntrico, aporta lo más genuino del conjunto: una interpretación tan desconcertante como hipnótica. Pero ni siquiera él puede evitar que la película se desmorone entre clichés y aspavientos.


Empiezo por Nicolas Cage que ofrece posiblemente la peor interpretación de toda su carrera. Ahora la pelicula, la pelicula me parece muy floja aunque la parte final resulta bastante distraída. Alejada totalmente del western clásico, vestuario, complementos al vestuario, fotografía y musica. Yo le recomendaría al director este, que antes de volver a hacer un western, coja y se mire cientos de peliculas del Hollywood clásico hasta los años 70 inclusive y que aprenda algo.
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