DAVID TRUEBA DECLARA QUE LAS PELICULAS DE SUPERHEROES INCITA AL FASCISMO.
En una reciente conversación con María Guerra en el pódcast La Script, el cineasta y escritor David Trueba volvió a recuperar una reflexión que lleva años defendiendo: la necesidad de que el cine, incluso el más popular, asuma su responsabilidad ética y narrativa. Trueba, que acaba de estrenar Siempre es invierno, sostiene que los creadores deben vigilar aquello que aceptan como fórmula o costumbre, especialmente cuando ciertas narrativas —como las de los superhéroes— pueden derivar hacia ideas que él asocia con comportamientos fascistas.
El director recuerda que fue de los primeros en señalar los riesgos de una producción masiva y continua de películas basadas en figuras todopoderosas. «No se pueden hacer historias de superhéroes sin descanso», afirma, «porque fomentan respuestas individualistas y autoritarias frente a problemas colectivos». Para ilustrarlo, recurre a uno de los casos más icónicos: Batman actuando en solitario para “arreglar” la inseguridad de Gotham. Según Trueba, delegar en la fuerza de un solo individuo lo que debería ser responsabilidad conjunta es un gesto inequívoco de soberbia y, en última instancia, una pulsión fascista.
El cineasta amplía su argumento con otro ejemplo: la lucha contra el narcotráfico. Bombardear indiscriminadamente lanchas sin distinguir culpables de personas forzadas a transportar droga —explica— responde al mismo impulso: la creencia de que la violencia directa, ejecutada sin matices, basta para purificar la sociedad. «Eso es fascismo», insiste, «y está íntimamente conectado con la lógica de los superhéroes».
Sus palabras conectan también con una percepción más amplia: el envejecimiento de un género convertido en rutina. Así lo señala María Guerra, recordando cómo Marvel ha estirado sagas, eras y variantes durante dos décadas, generando además una comunidad de seguidores extremadamente celosa de la interpretación de sus personajes.
Trueba, pese a su crítica, no reniega del género en sí ni de su atractivo. Confiesa que, si le ofrecieran dirigir una película de Superman —fuera la que fuera— probablemente aceptaría, si no por ambición artística, sí por el alivio que supondría trabajar con un presupuesto holgado. Pero incluso en ese caso, asegura que su versión sería distinta, más punzante, más consciente de los elementos que rodean al mito. Recuerda con afecto los primeros filmes del superhéroe: «eran estupendos, divertidos», dice, defendiendo una lectura que mezclaba inocencia y reflexión.
Para Trueba, el cine debe apuntar hacia un objetivo más amplio: iluminar la convivencia, reforzar la humanidad y no limitarse a reproducir fórmulas que, sin quererlo, refuercen discursos tóxicos. Su llamada no es un ataque al entretenimiento, sino una invitación a examinar qué historias contamos, por qué las contamos y a quién benefician.

🤣🤣🤣 Y este que se ha tomado para decir estas tonterías o es que es la voz de su amo.
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