COSECHA SANGRIENTA (2025)

 EL 👀 CRITICO

COSECHA SANGRIENTA (2025)

REPARTO: KATIE DOUGLAS, CARSON MacCORMAC, AARON ABRAMS, WILL SASSO, KEVIN DURAND, CASSANDRA POTENZA, BRADLEY SAWATZKY, VERITY MARKS, AYO SOLANKE, VINCENT MULLER, ALEXANDRE MARTIN DEAKIN

DIRECTOR: ELI CRAIG

MÚSICA: BRANDON ROBERTS, MARCUS TRUMPP

PRODUCTORA: SHUDDER

DURACIÓN: 97 min.

PAÍS: ESTADOS UNIDOS

A Clown in a Cornfield le falta algo que no se puede suplir con sangre o sarcasmo: convicción. Eli Craig, recordado por aquel pequeño hallazgo que fue Tucker and Dale vs Evil, vuelve a jugar con el equilibrio entre el horror y la comedia, pero esta vez el resultado se le escurre entre los dedos. Lo que comienza como un homenaje juguetón al slasher clásico —con ecos de Jeepers Creepers, Leatherface y hasta Clownhouse de Victor Salva— termina por diluirse en una fórmula tan convencional como previsible.

Visualmente, la película tiene momentos de cierta inspiración. El uso de sombras funciona en los instantes de mayor tensión, y el filtro cromático —aunque algo excesivo— ayuda a mantener una atmósfera de pesadilla americana. Sin embargo, la fotografía es irregular, más funcional que expresiva, y deja entrever que el ingenio visual se agota pronto.

Donde Clown in a Cornfield se derrumba es en su guion: un entramado débil, con personajes sin motivaciones y un desarrollo que, lejos de reforzar la tensión, se dispersa en huecos narrativos y desenlaces previsibles. Lo que podría haber sido un ejercicio autoconsciente del género termina siendo una película que se toma a sí misma demasiado en serio para resultar divertida, y demasiado ligera para provocar auténtico terror.

Aun así, no todo se pierde en el maizal. Hay una cierta energía que la sostiene en sus mejores momentos, y Craig demuestra oficio en algunas tomas que recuerdan al espíritu artesanal del slasher ochentero. El diseño del payaso Frendo, aunque multiplicado en exceso, aporta una dosis de inquietud efectiva: es una figura grotesca, de esas que parecen salidas de un sueño febril.

En última instancia, Clown in a Cornfield es un entretenimiento pasajero, irregular pero no inofensivo. Su mezcla de humor y horror carece del filo que prometía, aunque logra mantener la atención del espectador gracias a su ritmo y a un par de guiños cómplices. Una pena, porque en su concepto había espacio para algo mucho más incisivo.