ATRESMEDIA CINE ANUNCIA EL COMIENZO DEL RODAJE DE "A FUEGO" EN BARCELONA.
El eco de una pista de baile resuena ya en las naves de un viejo espacio industrial de Barcelona, donde ha comenzado el rodaje de A fuego, el primer largometraje de Estel Díaz. La cineasta, conocida por Red Flags y Desaparecido, firma además el guion junto a Núria Dunjó, nominada al Goya por Ama. Juntas han levantado un relato que utiliza la danza como un idioma emocional, un territorio donde los adolescentes pueden decir aquello que las palabras no alcanzan. “La exuberancia de esa etapa necesita un lenguaje propio”, apunta la directora, “y la música y el baile permiten liberar lo que no se puede verbalizar”.
El proyecto, respaldado por Atresmedia Cine, Sábado Películas, Playtime Movies, Ha Vuelto La Película AIE y A Contracorriente Films —con la participación de Atresmedia y Netflix—, se rodará durante seis semanas y llegará a los cines de la mano de A Contracorriente Films. Buena parte de su identidad visual y rítmica dependerá de la selección musical, fuertemente urbana, y de las coreografías que Anna Macau ha diseñado para un elenco que lleva semanas ensayando.
Entre quienes dan vida al universo de A fuego destaca Zoe Bonafonte, nominada al Goya a mejor actriz revelación por El 47, que encabeza un reparto compuesto también por Miquel Melero (La noche salvaje), Marc Soler (Celeste), la cantante Ruslana y Omar Banana (Te estoy amando locamente). Un conjunto de jóvenes intérpretes que encarna esa “familia elegida” que la película sitúa en el centro de su mirada sobre la amistad, el amor y la libertad.
La historia se articula en torno a Lola, una chica de 17 años que acaba de perder a su hermano Nico. Su duelo la empuja a seguir las huellas que él dejó atrás y a descubrir un territorio clandestino conocido como El Búnker: un recinto abandonado donde se encadenan fiestas secretas y concursos de baile sin normas, sin filtros y sin miedo. Allí, entre nuevos rostros y viejas heridas, encuentra un grupo dispuesto a acompañarla en el gesto más difícil: volver a sentir, volver a vivir.
A medida que Lola se adentra en ese refugio improvisado, la película va revelando su auténtico pulso: una celebración de la juventud y de la libertad entendida como movimiento, ritmo, catarsis. A fuego se construye así como un viaje íntimo y físico, donde cada coreografía ilumina una emoción y cada paso ayuda a reconstruir una identidad. Allí, en ese magma de música y sudor, la protagonista aprende a mirarse de nuevo. A latir. A arder.

Ojala me equivoque, pero esto me da que será una Fama en plan castizo. Venga danza y mas danza. Ufff!!!! que miedo me da.
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