QUENTIN TARANTINO SE PONE FRENTE A LAS CAMARAS 11 AÑOS DESPUES.
Puede que Quentin Tarantino lleve años anunciando su retirada, pero cuesta imaginar que alguien tan hecho de cine pueda simplemente alejarse de él. Quizá por eso, mientras su hipotético adiós a la dirección sigue flotando en el aire —como tantas veces—, el autor de Pulp Fiction ha decidido regresar al otro lado de la cámara. No como guionista ni como narrador de culto, sino como actor.Según adelantó Deadline, Tarantino se unirá al reparto de Only What We Carry, drama dirigido por el británico Jamie Adams. El proyecto, descrito como “una meditación sobre el amor, la pérdida y el valor silencioso que requiere seguir adelante”, lo sitúa en un terreno poco habitual: el de la contención emocional, muy lejos del frenesí pop que suele rodear su nombre. En el reparto también figuran Simon Pegg, Sofia Boutella y Charlotte Gainsbourg, mientras que el propio Adams ha comparado el espíritu de su película con el cine de Éric Rohmer, probablemente el referente más lejano a la galaxia tarantiniana.
El argumento gira en torno a Julian, un instructor antaño brillante interpretado por Pegg, cuya exalumna, Charlotte Levant (Boutella), regresa al hogar para enfrentarse a los fantasmas de su pasado. Tarantino encarna a John Percy, un viejo amigo del protagonista cuya llegada —como si fuera un eco del destino— despierta viejas heridas. Hay algo casi poético en ese paralelismo: un cineasta que durante décadas invocó a sus propios fantasmas fílmicos ahora presta su rostro a los de otro.
Su última aparición como actor se remonta a Lío en Broadway (2014), de Peter Bogdanovich, donde compartió cartel con Owen Wilson e Imogen Poots. Desde entonces, Tarantino había limitado su presencia a cameos de voz o breves intervenciones en clave de guiño, esas pequeñas travesuras autorreferenciales que tanto disfrutaba incluir en sus películas. Antes de eso, su carrera actoral había dejado momentos de culto: el siniestro Richard Gecko de Abierto hasta el amanecer, las apariciones cómicas en Four Rooms o Little Nicky, y aquel breve retorno en Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre (1996), donde retomaba su papel con una mezcla de desenfado y autoparodia.
Ahora, con Only What We Carry, parece dispuesto a recuperar esa faceta olvidada. Tal vez sea un capricho pasajero, o tal vez el inicio de un nuevo giro: el del autor que, después de reinventar el cine moderno, decide explorar la fragilidad del intérprete. En cualquier caso, si Tarantino de verdad piensa retirarse, ha encontrado una forma curiosamente elegante de hacerlo: mirándose, por fin, desde el otro lado del espejo.

A mi Tarantino como actor no me desagrada, claro que las pelis en que lo he visto como actor era un actor joven. Pero no estuvo mal como hermano de George Clooney en Abierto hasta el amanecer.
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