EL 👀 CRITICO
LA ÚLTIMA OBRA (2025)
REPARTO: JOHN MALKOVICH, AYO EDEBIRI, JULIETTE LEWIS, MURRAY BARTLETT, AMBER MINDTHUNTER, STEPHANIE SUGANAMI, YOUNG MAZINO, TATANKA MEANS, TAMERA TOMAKILI, PETER DISETH, MARK SIVERTSEN, MELISSA CHAMBERS
DIRECTOR: MARK ANTHONY GREEN
MÚSICA: DANNY BENSI, SAUNDER JURRIAANS
PRODUCTORA: A24
DURACIÓN: 103 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
La fascinación por los famosos y el poder que ejercen sobre sus seguidores es el núcleo de esta historia, que recuerda a híbridos de Déjame salir, El menú o Midsommar. La trama gira en torno a Alfred Moretti, un excéntrico cantante desaparecido durante décadas, cuya figura ha dado lugar a leyendas y mitos. Su repentina reaparición coincide con la convocatoria de periodistas e influencers a un complejo remoto en medio del desierto, donde presentará su último álbum.
Ariel Ecton, joven escritora interpretada por Ayo Edebiri, acepta la invitación y pronto se encuentra inmersa en un entorno inquietante. La estricta vigilancia, la falta de libertad y las técnicas férreas de control de Moretti crean una atmósfera opresiva. A su lado, Elle (Amber Midthunder, conocida por Prey) actúa como sombra constante, reforzando la sensación de encierro y manipulación. La estrella del rock, interpretada por John Malkovich, ofrece un personaje desatado y a ratos patético, que combina carisma con un aura intimidante; su presencia, lejos de ser un mero cameo, se convierte en eje de la historia, mientras Juliette Lewis completa un reparto capaz de reforzar la tensión y la extrañeza del entorno.
El suspense surge de la conducta de los seguidores, cuya obediencia ciega y fanatismo extremo hacen saltar rápidamente las alarmas de Ariel. El film juega con la toxicidad de esta relación y, en paralelo, propone una crítica social: la devoción por las figuras públicas a menudo oculta farsas y manipulación, y el idealismo de los fans puede convertirse en algo grotesco y perturbador.
Sin embargo, el ritmo es irregular. Tras un arranque prometedor, la película tarda en encontrar su pulso, perdiéndose en diálogos sin trasfondo que diluyen la tensión y la intriga. Momentos que podrían ser incisivos se estiran demasiado, y tras episodios de mayor intensidad, la narración vuelve a caer en la monotonía. A pesar de estas irregularidades, la película logra rescatar instantes de impacto que recuerdan el potencial de la sátira o del thriller de sectas que el director Mark Anthony Green parecía perseguir en su ópera prima.
En definitiva, el filme ofrece un comienzo potente y un reparto atractivo, pero su desarrollo irregular y la dilución de la tensión impiden que se convierta en la incisiva crítica de la fama que podría haber sido. Malkovich, con un papel que alterna momentos de amenaza y excentricidad, se perfila como el catalizador de la historia, mientras Edebiri encarna la incredulidad y el desconcierto del espectador ante la manipulación y el fanatismo que rodean a su ídolo.


Mediocre este film que comienza como una especie de crónica sobre la fama y el hecho de retornar al mundo de la musica como una leyenda, hasta que llega un punto que se convierte digamos en un film de terror. La pelicula la sostiene una vez mas John Malkovich.
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