LA MUERTE LLEGA ARRASTRANDOSE (1972)

 EL CINE DE LOS AÑOS 70

LA MUERTE LLEGA ARRASTRANDOSE (1972)
REPARTO: ROBERT WOODS, FRANK BRAÑA, NIEVES NAVARRO, CARLO GADDI, TINO BRAÑA, ERNESTO COLLI, IVANO STACCIOLI, SATURNO CERRA, FRANCESCO D’ADA, VITTORIO FANFONI, IRIO FANTINI, MARIA LUISA TOVAR, LORETA TOVAR
DIRECTOR: MARIO BIANCHI
MÚSICA: CARLO SAVINA
PRODUCTORA: PRODUZIONI EUROPEE ASSOCIATI
DURACIÓN: 88 min.
PAÍS: ITALIA, ESPAÑA
Curioso western, sí, por su incorporación de elementos característicos de otros géneros, como el giallo italiano, aunque se presenta como algo mediocre, si no directamente malo.


La narrativa exhibe cierta originalidad, particularmente a través del uso de serpientes venenosas para eliminar a los antagonistas. Estas serpientes provienen del serpentario del Dr. Torres, un médico excéntrico que, ataviado con su bata blanca y gafas, se dedica a capturar estos reptiles y a extraer manualmente el veneno que posteriormente se vierte en tubos de ensayo sucios para investigar en la búsqueda de antídotos. A pesar de un inicio prometedor, que abarca aproximadamente ocho minutos de total silencio, lo cual no resulta problemático, la película comienza a transitar hacia una mediocridad que roza lo deplorable. Esta crítica no se aplica a la parte técnica, donde la fotografía es aceptable y los paisajes, ubicados en las afueras de Madrid, resultan convincentes, sino al desarrollo de la trama, que es notablemente torpe.

La narrativa está plagada de incongruencias y presenta molestos saltos entre escenas, posiblemente resultado de haber visualizado una versión incompleta, dado que en Italia podría haber tenido mayor coherencia sin tales interrupciones.

Las actuaciones son lamentables, especialmente la del protagonista, Frank (Francisco) Braña, quien es uno de mis favoritos dentro del contexto del spaghetti western nacional. A lo largo de toda la película, su expresión facial es prácticamente inmutable, asemejándose a una incómoda máscara. Por fortuna, la voz que le ha sido asignada es excepcional, ya que es doblado por un destacado actor de doblaje, quien también trabajó en numerosas películas con el icónico John Wayne. La discrepancia en matices entre la voz y el rostro pétreo e insípido de Braña resulta verdaderamente inquietante.

Respecto a la música, un elemento crucial en las producciones de spaghetti western, se presenta de manera extraña, oscilando entre momentos reconocibles del querido género y otros que resultan incongruentes, como si uno estuviera en una discoteca bailando el twist.

En conclusión, podría ofrecer una crítica más extensa, pero no veo la necesidad. Solo me resta afirmar que, tras una reflexión, considero que se trata de uno de los peores spaghetti western que he tenido la ocasión de ver en mi vida, o al menos uno de los más tediosos, gracias principalmente a un ritmo lánguido y a una dirección deficiente.




Comentarios

  1. Casposo spaghetti western que tiene la particularidad de decantarse por el cine de suspense con unas gotas de giallo y cine de terror mas tradicional. Se deja ver pero no entusiasma. Lo mejor Frank Braña.

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