EL CINE DE LOS AÑOS 70
GALIEN, EL MONSTRUO DE LAS GALAXIAS ATACA LA TIERRA (1972)
REPARTO: HIROSHI ISHIKAWA, YURIKO HISHIMI, MINORU TAKASHIMA, TOMOKO UMEDA, TOSHIAKI NISHIZAWA, ZAN FUJITA, KUNIO MURAI, HARUO NAKAJIMA
DIRECTOR: JUN FUKUDA
MÚSICA: AKIRA IFUKUBE
PRODUCTORA: TOHO
DURACIÓN: 89 min.
PAÍS: JAPÓN
La década de los setenta no representó un periodo favorable para Godzilla. La notable disminución en las recaudaciones de sus películas más recientes llevó a la Toho a buscar con urgencia la fórmula ideal que permitiese a su emblemático monstruo recuperar el prestigio perdido. Durante este lapso, Godzilla se sumerge sin reparos en un cine más infantil, siendo presentado como un superhéroe en pro de las fuerzas del bien, siempre dispuesto a defender la Tierra ante las invasiones más amenazantes. El inconveniente radica en que Jun Fukuda no posee el mismo talento que Ishiro Honda.
La narrativa sobre invasiones extraterrestres se repite indefectiblemente una vez más, y esta vez el presupuesto se encuentra verdaderamente limitado. Galien, el monstruo de las galaxias ataca la tierra resulta ser un fracaso artístico de principio a fin. En esta ocasión, Godzilla se une a Anguirus con el fin de detener la devastación provocada por los monstruosos Gigan y Ghidorah. El número de despropósitos es incalculable.
Durante la primera mitad de la película, somos forzados a seguir a personajes unidimensionales, carentes de carisma, quienes continuamente cometen tonterías y exhiben conductas que generan vergüenza ajena. Los extraterrestres presentan una calidad muy inferior, resultando ser incompetentemente representados, dificultando nuestra credibilidad en su capacidad de invadir la Tierra. Para colmo, se revela que son una especie de cucarachas gigantes disfrazadas de humanos. Estos "cucaraliens" construyen un parque de diversiones con Godzilla como imagen principal, al que denominan algo similar a "Parque Godzilla para la paz de los niños del mundo", consistiendo en cuatro bloques de LEGO (que pretenden aparentar ser atracciones de gran tamaño), dispuestas de la manera más pobre imaginable. La torre Godzilla se convierte en la base operativa de los alienígenas y desde allí convocan a los monstruos galácticos para aniquilar nuestro planeta. Los elegidos para llevar a cabo esta destrucción son Ghidorah y la nueva adición a la saga, Galien, un enemigo formidable, semi-cibernético, de un solo ojo, con garras enormes en lugar de manos, y una sierra mecánica incrustada en su pecho. Este villano podría encajar mejor en una serie como Ultraman.
Uno de los aspectos más deplorables es que el filme abusa constantemente de tomas de archivos de entregas anteriores de la saga. Ishiro Honda ya había recurrido a estos fragmentos en momentos de restricciones presupuestarias, pero su incorporación se manejaba con sutileza e ingenio. Galien, en este caso, no es comparable. Escenas de Ghidorah, el dragón de tres cabezas, la Invasión extraterrestre, Hedorah la burbuja tóxica, e incluso un episodio de La batalla de los simios gigantes en el que intentan inscribir la figura de un simio a través de Galien. Todo se presenta como una obra desastrosa en la que se alternan el día y la noche de un plano a otro, y donde Godzilla experimenta variaciones en su apariencia de manera constante (debido a la modificación del diseño del disfraz en cada película).
Las escasas escenas de destrucción "originales" son aceptables, aunque insuficientes (por ejemplo, el uso de un muñeco de Playmobil dentro de un edificio para simular que se trata de una persona…). Ghidorah se manifiesta como un armatoste que se desplaza mínimamente, mientras que el disfraz de Godzilla se encuentra en un estado deplorable, desintegrándose gradualmente (de forma literal).
Tenemos a un villano que es el after-ego del Doctor No pero en adolescente; los actores trabajan algo mejor que en la media normal de este tipo de peliculas, pero los monstruos dan el cante. En fin para los amantes del cine nostálgico del Godzilla de los años en que los actores se metían dentro de un traje de goma y se dedicaban a destruir maquetas.
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