EL 👀CRITICO
EXPEDIENTE WARREN: EL ULTIMO RITO (2025)
REPARTO: PATRICK WILSON, VERA FARMIGA, MIA TOMLINSON, BEN HARDY, TAISSA FARMIGA, VICTORIA PAIGE WATKINS, STEVE COULTER, REBECCA CALDER, ELLIOT COWAN, KILA LORD CASSIDY, BEAU GADSDON, JOHN BROTHERTON
DIRECTOR: MICHAEL CHAVES
MÚSICA: BENJAMIN WALLFISCH
PRODUCTORA: NEW LINE CINEMA, WARNER BROS
DURACIÓN: 135 min.
PAÍS: ESTADOS UNIDOS
Expediente Warren: El Último Rito se presenta como la posible entrega final enfocada en los Warren, aunque es ampliamente conocido que en la industria cinematográfica, el “final” se determina en gran medida por el éxito en taquilla. No se pueden descartar posibles spin-offs o precuelas. Surge, entonces, la interrogante: ¿concluye la narrativa de manera satisfactoria? ¿Supera esta entrega a la tercera? Procederemos a analizarlo.
La película se basa en un episodio verídico: durante la década de 1980, las hijas de un matrimonio, Jack y Janet Smurl, afirmaron observar siluetas oscuras en sus camas. Los Warren intentaron intervenir, aunque no lograron resolver el asunto. La obra utiliza este hecho real como punto de partida, ya que las manifestaciones sobrenaturales, el origen de los eventos y su resolución difieren notablemente de la realidad.
El caso amalgama dos aspectos: por un lado, los fenómenos concernientes al espejo que afectan a la familia Smurl, la cual está poco desarrollada (consta de ocho integrantes, pero ninguno destaca a menos que sufran algún ataque); por otro lado, los traumas y visiones de Judy. Estas historias convergen en un clímax en el que se entrelazan entidades, visiones, conflictos familiares y la delicada salud de Ed.
El ritmo de la película es pausado. Aunque no llega a resultar tedioso, sí se percibe algo extendido y caótico al intentar abarcar múltiples subtramas. Lo positivo es que, a pesar de esto, ocasionalmente se presentan momentos sobrenaturales que ayudan a establecer conexiones. No obstante, cuando el relato se dirige hacia el clímax, lo hace de forma enérgica, presentando un tramo final muy dinámico y entretenido.
Respecto a la dirección, Michael Chaves logra una mejora en comparación con la tercera entrega, aunque aún carece de la atmósfera aterradora que James Wan supo crear en las dos primeras películas. Se presentan varios sustos colocados de manera adecuada, aunque son poco impactantes. Los diseños de los demonios son variados y el maquillaje continúa siendo un punto destacado.
La falta de Joseph Bishara en la banda sonora es evidente. Esta vez, Benjamin Wallfisch se encarga de la música: cumple con su cometido, aunque no sorprende. Sin embargo, se nota un buen manejo en el uso del sonido y del silencio en los momentos adecuados.
La película también incorpora cameos y regresos. Por ejemplo, el Padre Gordon (Steve Coulter) vuelve a tener su participación tras haber aparecido en The Conjuring (2013), The Devil Made Me Do It (2021) y The Nun 2 (2023). No ofreceré más detalles en este punto, pero es importante señalar que el final proporciona un cierre emotivo que establece una conexión con la vida de los Warren posterior a este caso, incluyendo apariciones de personajes bien conocidos por los aficionados a la franquicia principal. Como despedida, resulta efectiva.
En conclusión, Expediente Warren: El Último Rito es una obra cinematográfica con altibajos. Inicia de manera lenta, con un exceso de subtramas y un desarrollo que resulta un tanto desorganizado, sin embargo, se recupera con un clímax frenético y placentero. Se percibe más como una historia de la familia Warren en su totalidad que como una aventura centrada únicamente en Ed y Lorraine, lo que representa un cambio revitalizante.
Es una digna despedida de los Warren de la gran pantalla, pero me da que es un punto y aparte donde puede solo puede y estoy especulando que el relevo lo coja su hija y la pareja de esta en el futuro. El film a pesar de sus dos horas y cuarto no se hace pesado, y mezcla hábilmente el drama, la comedia y el terror. Por cierto en los títulos de crédito finales aparecen los verdadero Warren, no es por nada, pero es una forma de darse cuenta del glamour de Hollywood.
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