ELIZABETH OLSEN DA LA ESPALDA AL CINE POR STREAMING.

 ELIZABETH OLSEN DA LA ESPALDA AL CINE POR STREAMING.

Elizabeth Olsen quiere volver a los cines. No como espectadora —aunque esa sea, quizá, la esencia de su postura—, sino como actriz y productora decidida a que sus próximos proyectos respiren el aire oscuro y compartido de una sala. “Si luego se vende a una plataforma, bien. Pero no quiero hacer algo en lo que ese sea su destino”, declaró recientemente en InStyle. Para Olsen, el cine es ante todo un acto comunitario, una experiencia que cobra sentido solo cuando se comparte: “Es importante para crear comunidad, ver a otras personas, compartir el espacio. Creo que es muy poderoso reunirse con la gente por algo emocionante”.

Su decisión llega en un momento de madurez artística. Han pasado más de diez años desde que maravillara al público en Martha Marcy May Marlene, y desde entonces ha trazado una carrera que combina prestigio y riesgo. Sí, durante años fue la Bruja Escarlata del Universo Marvel, pero aquella etapa concluyó con Doctor Strange en el multiverso de la locura. Desde entonces, Olsen ha virado hacia un cine más íntimo y autoral, y ha asumido también un papel activo como productora, consciente de cómo funciona —y se distorsiona— la industria.

Bajo esa nueva faceta ha impulsado proyectos como Las tres hijas o la serie Sorry for Your Loss, y este diciembre estrenará Eternity, una comedia romántica de ciencia ficción distribuida por A24, que promete consolidar su lugar en ese territorio donde el cine independiente se cruza con la sensibilidad popular. Pero lo más revelador es su convicción: quiere que sus películas nazcan con vocación de pantalla grande, que su destino natural sean las salas y no los algoritmos.

En realidad, Olsen nunca ha estado demasiado asociada al streaming. Más allá de Las tres hijas (coproducida por Netflix) o Kodachrome (2017), su filmografía ha sido fiel al estreno tradicional. Ahora esa fidelidad se convierte en manifiesto: una defensa de la experiencia colectiva frente a la soledad de las pantallas domésticas. Y en tiempos donde casi todo se fragmenta en la inmediatez del streaming, su gesto suena casi revolucionario.



Comentarios

  1. Ojala todo el mundo cogiera el mismo ejemplo, tal vez ganaríamos el espectador con un añorado cine de calidad y comercial.

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