EL MACABRO DETALLE DEL ENTIERRO DE BELA LUGOSI QUE PAGO FRANK SINATRA.

 EL MACABRO DETALLE DEL ENTIERRO DE BELA LUGOSI QUE PAGO FRANK SINATRA.

Existen algunas antiguas figuras del cine de Hollywood que fallecieron en el olvido, en la miseria, marginadas o en un completo aislamiento social. A estas personalidades, el cineasta Billy Wilder dedicó su célebre obra El crepúsculo de los dioses, ya que el paisaje cinematográfico está repleto de estrellas que se fueron extinguiendo con el transcurso del tiempo y que fueron olvidadas por muchos. Una de estas figuras fue Bela Lugosi.

El actor húngaro nació en el siglo XIX y luchó en la Primera Guerra Mundial, para finalmente emigrar a los Estados Unidos debido a su activismo político de inclinaciones izquierdistas y su firme sindicalismo. Tras desarrollar una carrera aceptable como actor en Europa, pronto logró conseguir trabajo en Hollywood, iniciando su trayectoria con roles menores durante la transición del cine mudo al sonoro.

Sin embargo, en 1931, todo cambia. La productora Universal asigna a Tod Browning la tarea de llevar al cine la adaptación de Drácula y el director, que al año siguiente realizaría La parada de los monstruos, pensó de inmediato en aquel actor europeo con un acento peculiar para interpretar el personaje creado por Bram Stoker. Bela Lugosi, con casi 50 años, finalmente alcanzó el reconocimiento.

La película se convierte en un fenómeno cultural y él se transforma en una de las figuras más emblemáticas del cine de terror y misterio de la década de 1930, durante la cual protagonizaría obras como El beso de la muerte, El doble asesinato en la calle Morgue, La isla de las almas perdidas, El cuervo, La marca del vampiro, La rebelión de los zombies y La sombra de Frankenstein.

Estando ya encasillado en roles de terror, en la década de 1940 compartió pantalla con otros grandes actores del género como Boris Karloff en Viernes 13 y El ladrón de cadáveres, Lon Chaney en El hombre lobo o El fantasma de Frankenstein, así como Basil Rathbone en El gato negro.

Durante esos años, debido a las dolencias que le provocaba una antigua herida de la Primera Guerra Mundial en una pierna, Lugosi se volvió adicto a la morfina. Como resultado, su salud comenzó a deteriorarse y su capacidad de trabajo se vio significativamente reducida, lo que ocasionó que sus apariciones en el cine se volvieran cada vez más escasas, llegando a la década de 1950 con muy pocas oportunidades laborales. No obstante, su admirador y amigo Ed Wood, profundamente conmovido por las dificultades que atravesaba el antiguo Drácula, lo dirigiría aún en tres películas: Glen o Glenda, La novia monstruo y Plan 9 del espacio exterior. La gran relación entre ambos y la filmación de esos proyectos se refleja magníficamente en la película que Tim Burton realizó en 1994 sobre el singular director.
Olvidado por la industria cinematográfica de Hollywood y enfrentando significativos problemas financieros, su adicción se amplió para incluir los analgésicos, lo que lo llevó a experimentar un creciente estado de depresión y debilidad a lo largo de los años, además de padecer crisis de abstinencia severas. Las dificultades en su vida se hicieron tan incontrolables que, en 1955, fue admitido en un hospital de Los Ángeles para tratar sus adicciones, convirtiéndose en uno de los primeros actores en hacerlo de manera pública. Sin embargo, la prensa, en lugar de brindarle comprensión o compasión, se cebó en su situación y comenzó a propagar la historia de que había absorbido tanto las características de su icónico personaje que vivía durante la noche, se vestía completamente de negro, dormía en una caja y que, durante sus episodios de abstinencia, mordía a las personas. Nada de esto era cierto.

Afectado y envejecido, falleció debido a un infarto de miocardio el 16 de agosto de 1956, cuando contaba con 73 años de edad.

Su lugar de descanso final fue el cementerio Holy Cross, ubicado en Culver City, California y, por solicitud de su hijo y su quinta esposa, su ataúd fue cubierto con una capa negra similar a la utilizada en su interpretación de Drácula. Este acontecimiento reforzó entre sus admiradores la noción de que la frontera entre el personaje y el actor era extremadamente delgada, creando una imagen casi mítica en torno a su figura.

El funeral, sorprendentemente poco concurrido considerando que había sido uno de los actores más destacados de su ámbito y uno de los más rentables en la industria, contó con la organización de su amigo Ed Wood, quien le rindió un sincero homenaje. Adicionalmente, comenzaron a circular rumores acerca de que Frank Sinatra, un gran admirador del actor y conocido por ofrecer asistencia económica a antiguos íconos del cine, habría cubierto parte de los gastos del sepelio, si no es que la totalidad, como se menciona en el libro Hollywood Babylon de Kenneth Anger.

Convertido en un actor de culto, que no llegó a disfrutar plenamente de la fama durante su vida como lo han hecho las generaciones posteriores, es un hecho que Bela Lugosi nunca otorgó demasiada importancia a su carrera profesional. Por lo tanto, su célebre declaración: "Seré sincero, lo más importante para mí es el cheque semanal", resulta mucho más banal que el ilustre lugar que ocupa en la historia del cine.



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