LA HEREDERA DE STEVE McQUEEN TRATA DE RECUPERAR UN POLLOCK QUE PERTENECIO AL ACTOR.

 LA HEREDERA DE STEVE McQUEEN TRATA DE RECUPERAR UN POLLOCK QUE PERTENECIO AL ACTOR.

La narrativa presenta tres elementos fundamentales: una motocicleta, una mansión y una obra de Jackson Pollock valorada en 68 millones de dólares.

Los personajes centrales de esta historia son un célebre actor estadounidense ansioso por ser el más admirado de Hollywood (obviamente, se refiere a Steve McQueen), un multimillonario de California, la nieta del actor mencionado y el hijo abogado del millonario.

De acuerdo con la revista especializada en arte ARTnews, la nieta de Steve McQueen ha interpuesto una demanda contra el abogado Brent Borchet, acusándolo de retener de forma ilegal el Pollock, buscando así la recuperación de la obra.

El demandado, quien ejerce como abogado, argumentó en una entrevista con el Mirror que la pintura siempre estuvo expuesta en la casa de sus progenitores, Rudolph y Pamela Borchet, desde su infancia.

Tras el fallecimiento de sus padres, Brent y su hermana heredaron en Malibú la obra de Pollock, así como el resto de la colección.

No obstante, Borchet se llevó una sorpresa al enterarse de que Molly McQueen, descendiente del actor, había interpuesto una demanda en la corte superior de California, alegando que es la legítima propietaria de la obra.

Según la demanda, citada por ARTnews, Steve McQueen habría transferido la pintura de Pollock a Rudolph y Pamela Borchet como parte de un acuerdo de intercambio, a cambio del cual el actor recibiría una motocicleta y una propiedad en Latigo Canyon, un barrio de Malibú.

El inconveniente surge del hecho de que, a pesar de haber entregado la obra, Steve McQueen nunca obtuvo la motocicleta ni la casa. La motocicleta sufrió un accidente y fue declarada como pérdida total antes de que el matrimonio pudiera entregársela al actor.

La vivienda, por razones que no han sido especificadas, nunca cambió de dueño. Ante el incumplimiento del acuerdo, el protagonista de La gran evasión solicitó la devolución de la pintura, hecho que nunca se concretó, lo que lleva a su nieta, Molly McQueen, a defender su derecho como propietaria legal de la valiosa obra.

Contrario a lo que podría esperarse, Brent Borchet ha adoptado una postura razonable, reconociendo que en su infancia escuchó historias sobre un acuerdo con el actor, aunque siempre ignoró los pormenores.

En este sentido, según sus declaraciones al Mirror, se expresó dispuesto a alcanzar un acuerdo con la heredera de Steve McQueen siempre que ella pueda presentar algún tipo de documentación o evidencia que demuestre que existió un acuerdo entre sus padres y el actor, el cual no se cumplió, y que la retención de la obra se realizó de forma irregular.



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